El relato de mujer que ocultó el asesinato de su hijo y confesó 10 años después
¿Qué pasó?
Una madre decidió con uno de sus hijos decidió terminar con la vida de su primogénito, en 2008 en la ciudad de Antofagasta. El hecho fue confesado diez años después y ambos fueron formalizados por los delitos de parricidio y homicidio calificado, respectivamente.
La mujer se autodenunció asegurando que fue su otro hijo, Juan Andrés Marambio, quien le insistió en la idea, ya que “Robertito”, quien estaba a punto de cumplir 50 años, quedó con graves secuelas producto de una meningitis que sufrió a pocos días de nacer, por lo cual era completamente dependiente de su progenitora. Ella le facilitó un revolver de su propiedad para cometer el delito.
La confesión
Evelyn Smith, relató: “Roberto no sabía hablar, pero sí podía caminar. Él requería de mis cuidados permanentes, darle la comida, mudarlo, bañarlo y todos los días yo lo sacaba a caminar por las calles de los alrededores. Requería de mis atenciones permanentemente a cualquier hora del día y por algunos cortos períodos de su vida estuvo en la Institución Pequeño Cotolengo”.
Añadió además, que “en esos días estaba cansada, amargada, no tenía ánimo de salir ni de juntarme con nadie porque mi prioridad siempre fue mi hijo Roberto. Además, yo no quería pedir ayuda ni contratar a alguien para atenderlo porque no confiaba en nadie para hacerlo”.
La preocupación de su hijo
La mujer aseveró que fue Juan Andrés, quien en esa época le sugirió la idea, según consignó Radio Bío Bío: “Empezó a manifestarme preocupación y desagrado por mi forma de vivir, mi mal aspecto y un estado profundo de desánimo y empezó a hablarme de las cosas que no podían seguir de ese modo. Me decía "¿hasta cuándo vas a seguir viviendo de esta forma?, ¿no es ya suficiente si ya lo has cuidado tanto? A ver dime: cuándo nació Roberto", etc. Pucha ¿cómo no se va a poder encontrar una solución para esta situación que estás pasando?”.
“Hasta que un día, me dijo 'mamá yo he pensado mucho en esto y creo que podemos tener una solución. Fíjate que yo conozco un lugar donde Roberto podría descansar y tú llevar una vida normal'. Hubo varias conversaciones en que él me insistía en eso”, indicó Evelyn.
La decisión
Posteriormente explicó que “su insistencia entonces me logró convencer de que podíamos llevar a Roberto a ese lugar para desaparecerlo. Esto no se lo íbamos a decir a nadie. Juan ideó todas las cosas cómo hacerlo. Juan temía que me arrepintiera, yo estaba muy mal, muy delgada y muy nerviosa y me insistió y presionó hasta que me convenció, pienso que pasó poco tiempo entre que lo hablamos la primera vez y nos fuimos a Antofagasta”.
Ya en Antofagasta
Evelyn continuó relatando que una vez en Antofagasta, “Juan Andrés me dijo que me quedara en la camioneta con Roberto porque 'yo voy a preocuparme de las cosas'. Juan se bajó y se fue a ver el lugar que yo no lo divisaba desde el vehículo".
"Después volvió a buscar cosas al vehículo y fue de nuevo al mismo lugar. Él estuvo un largo rato ahí. Después volvió y vino a llevarse a Roberto, yo besé y abracé a Roberto, estaba adentro de la camioneta estoy segura que la camioneta estaba estacionada de manera que yo no veía para atrás, yo lo besaba, no quería soltarlo, lo apretaba contra mí y le hacía cariño y Juan me dijo 'ya pues mamá apúrese' y ahí lo solté”, expuso.
"Después volvió a buscarme y me llevó al lugar donde enterró a Roberto en la tierra húmeda y me puse a llorar a gritos. Juan me dijo en ese momento que me consoló diciéndome que Roberto no había sufrido 'porque recuerda que yo soy médico mamá'", puntualizó.
En los documentos se señala que Juan Andrés cavó una fosa y luego Juan Andrés le disparó a su hermano con un revolver de propiedad de su madre y que ella le había facilitado, para posteriormente comenzar su regreso a Santiago.
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