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Trabajó durante 30 años en local de comida y lo despidieron por regalar comida a indigentes en Francia

Una noticia que a más de alguno le puede generar indignación: un trabajador que llevaba más de 30 años trabajando en el aeropuerto de Marsella-Provenza fue despedido por lo que podría ser considerado un acto de generosidad.

El hombre en cuestión fue cesado de sus funciones, junto a otros tres compañeros, por las empresas Starbucks y Prêt a Manger por regalar a personas sin hogar comida que estaba a punto de vencer y que debían tirar a la basura, según publica el medio local France3. En todo caso, uno de los afectados asegura que sus jefes siempre estuvieron al tanto de la situación.

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"La dirección estaba al tanto, igual que el director de operaciones del aeropuerto. Había sobreproducción y mi superior me dijo que estaba bien así, que siguiera haciéndolo", dijo.

Empresa habría cambiado de versión

Si bien en un momento le dieron la aprobación, pues en caso de que hubiera tenido que tirar la comida sobrante, "tenía que abandonar el aeropuerto, para tirar las cosas en contenedores especiales, y esto tiene un coste para la empresa".

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Sin embargo, la compañía habría cambiado la versión. "Ninguno de nuestros trabajadores tiene derecho a marcharse con mercancía destinada a ser desechada. Deberá depositarse en los contenedores de basura especiales, salvo que se acuerde lo contrario y así venga indicado en los contratos de franquicia", explicaron. 

Despedidos por regalar comida a personas sin hogar

Los alimentos eran repartidos entre las más de 80 personas sin hogar que rondaban en las inmediaciones del aeropuerto a diario.

Fue a fines del mes de marzo que rescindieron del contrato de estas personas. El que tenía más antigüedad en la empresa trabajaba atendiendo a clientes en el mostrador. Al terminar el horario de trabajo, juntaban todo lo que sobraba y lo repartía entre los indigentes porque "las fechas de caducidad estaban muy cerca". 

"Algunas de estas personas llevan aquí más de 20 años, empecé a ayudarlas porque todos les conocemos. Por ejemplo, hay una mujer encantadora, que tiene mucha dignidad y nunca pide nada, ni siquiera un vaso de agua", explica el trabajador despedido. "Hay otra que viene sólo a lavar la ropa y luego la deja tendida", agrega.

En todo caso, el trabajador asegura estar afectado por la situación y no se quedará de brazos cruzados respecto a lo que considera una injusticia. "Vamos a acudir al tribunal laboral", señalando estar "orgulloso" por haber dado de comer a quienes no podían hacerlo

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