"Ocurrió como un milagro": Médico que trató al Papa Francisco reveló que hubo dos momentos donde se analizó "dejarlo ir"
- Por Lucas Figueroa
Contra todo pronóstico y totalmente positiva ha sido la recuperación del Papa Francisco, cuyo estado de salud ha sido de extremo cuidado y ha mantenido expectante a la Iglesia Católica, a sus fieles y al mundo en general.
Ahora que parece haber pasado lo peor, Sergio Alfieri, médico que operó al sumo Pontífice relató de qué manera se vivieron esos momentos donde la máxima autoridad eclesiástica se debatía entre la vida y la muerte. El momento más crítico fue el 28 de febrero, cuando el trasandino tuvo un episodio de broncoespasmo.
En ese sentido, Alfieri explicó que hubo un momento "en el que se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto". Todo esto en una entrevista publicada en el diario Corriere della Sera.



"Ocurrió como un milagro"
El especialista afirmó que "los que estaban a su alrededor tenían lágrimas en los ojos” y él mismo dijo: "Esto es malo".
"Hay una publicación científica según la cual las oraciones dan fuerza a los enfermos, en este caso todo el mundo empezó a orar. Puedo decir que dos veces se perdió la situación y luego ocurrió como un milagro. Por supuesto, era un paciente muy cooperativo. Se sometió a todas las terapias sin quejarse jamás”, afirmó al medio italiano.
LO ÚLTIMOPero sin dudas que el peor momento de todos los días que Francisco ha estado hospitalizado fue cuando el pasado el 28 de febrero tuvo un episodio de broncoespasmo. "Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según he podido entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos", reveló Alfieri.
Además, transparentó que en determinado momento tuvieron que "elegir entre parar y dejarlo ir o forzarlo y probar todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo el riesgo muy alto de dañar otros órganos. Y al final tomamos este camino".
"Aquella noche fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad sobre sus condiciones", acotó.
Sin embargo, hubo otro momento de extrema delicadeza en todo el proceso. "Estábamos saliendo del momento más duro, mientras el papa comía, vomitó y aspiró. Fue el segundo momento verdaderamente crítico porque en estos casos, si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita, además de complicaciones en los pulmones que ya eran los órganos más comprometidos. Fue terrible, realmente pensamos que no lo lograríamos".
De la misma forma, destacó que Francisco en todo momento cooperó y se mostró de buen humor a pesar de lo complejo de todo esto. Y que en todo caso se están tomando ciertas precauciones. "Hay prescripciones que se deben observar, como evitar el contacto con grupos de personas o con niños que puedan ser vehículo de nuevos contagios. Cuando se fue conversamos y prometimos no desperdiciar el esfuerzo que habíamos realizado".
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