Peruano casi no pudo renovar su carnet de identidad por su calvicie: "Era el ser humano sin rostro"
Una insólita situación protagonizó un hombre de nacionalidad peruana al momento de ir a renovar su carnet de identidad. Un inconveniente por su calvicie, provocada por una alopecia (pérdida del cabello), lo motivó a contar su historia en redes sociales.
Para la mayoría de las personas, hacer la renovación de este documento es relativamente simple, pues hay que acudir a las oficinas del organismo responsable del proceso, tomarse la foto y esperar la entrega de la nueva cédula.
Sin embargo, para Rómulo Reaño fue una experiencia que mezcló incomodidad y humor. Luego de que los funcionarios le tomaran la respectiva fotografía, estos se dieron cuenta de que su calva cabeza se mimetizaba con el fondo blanco, generando un rostro "infinito".



"Era el ser humano sin rostro"
En su cuenta de Instagram, el peruano comenzó su relato con una frase contundente: "Mi calva, esta esplendorosa alopecia, casi no me deja renovar mi DNI (Documento Nacional de Identidad). Estoy casi seguro que esto puede ser un caso de estudio".
Como cualquier ciudadano, Rómulo fue a las oficinas del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (el símil del Registro Civil en Chile), vistiendo una camiseta de colores claros. Tras la primera foto, el funcionario encargado le recomendó ponerse el chaleco azul que portaba para que contrastase con el fondo blanco.
Lo hizo, pero los inconvenientes seguían, así que el empleado llamó a sus supervisores: "Yo ya sabía que había un problema: mi alopecia. Esta hermosa calva se iba traspapelando con el fondo, haciéndome un rostro infinito. Era el ser humano sin rostro que se mezclaba con un fondo que lo denigraba", expresó en un reel.
La situación se complicó cuando Reaño interpretó la mirada de una supervisora, al no encontrar una solución para este particular caso: "Veo cómo en sus ojos se va dibujando una frase, que nunca dijo, pero sé que lo pensó: 'calvo de mier...'".
No obstante, la tensión desapareció cuando "le contesté verbalmente 'es lo que hay'. Se comenzó a matar de la risa. Luego de eso, me dijo 'ahí vemos qué hacemos', la misma frase que yo me dije a los 21 años, cuando veía que esas entradas (en su cabeza), consecuentes de mi ADN, iban rapando toda mi dignidad", declaró.
A pesar de las dificultades, Rómulo logró la renovación de su carnet, mostrando cómo quedó su fotografía en la cédula. Para finalizar su relato, cerró con una graciosa reflexión: "Tengo muchos más problemas que simplemente parecer una nalga andante".
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