Más de 1.300 personas han fallecido en peregrinación a La Meca debido al calor: Temperaturas superan los 50°
- Por Constanza Galdames | AFP
¿Qué pasó?
Arabia Saudita informó, este domingo 23 de junio, que más de 1.300 personas murieron durante la peregrinación a La Meca debido al intenso calor, y precisó que la mayoría de los fallecidos no contaba con un permiso oficial.
"Lamentablemente, el número de víctimas mortales fue de 1.301 y un 83% no tenían una autorización para realizar el hach y caminar largas distancias, expuestos directamente al sol, sin las condiciones adecuadas", indicó la agencia oficial saudita.
El hach a La Meca es uno de los cinco pilares del islam y todo musulmán que disponga de los medios necesarios debe realizarlo al menos una vez en su vida.
Sin embargo, durante los últimos años, el calendario lunar del islam hace que este rito coincida con verano en Arabia Saudita, estación que este año tuvo temperaturas de 51,8º C en La Meca.
Hasta este domingo, las autoridades de Arabia Saudita no habían realizado ningún comentario público sobre las muertes reportadas y tampoco habían entregado un balance propio.
Ir a la siguiente notaUn recuento hecho por la agencia AFP de la semana pasada, basado en declaraciones oficiales y reportes de diplomáticos, estimó que se registraron más de 1.100 muertos.
Un alto cargo saudita indicó el viernes a la citada agencia que las autoridades habían confirmado 577 muertes durante los dos días de mayor actividad del hach, el 15 de junio, cuando los peregrinos se reunieron durante horas para rezar en el Monte Arafat, y el 16 de junio, cuando participaron en Mina en la lapidación de las estelas que representan a Satanás.
Este año, esta peregrinación congregó a 1,8 millones de fieles y de ellos, 1,6 millones, llegaron procedentes de otros países, según las autoridades sauditas. Los visados para realizar la peregrinación otorgados por Arabia Saudita son según un sistema de cuotas por país y, en casos como Egipto, sorteados luego entre los fieles.
Quienes salen favorecidos para efectuar el recorrido, deben recurrir a agentes de viaje acreditados, generalmente costosos, lo que lleva a los fieles a evitar circuitos oficiales, arriesgándose a ser arrestados y deportados en caso de ser descubiertos.
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