Insólito secuestro en Ecuador: Dos hermanos raptaron a su padre y exigían millonario pago a su familia para liberarlo
Dos hermanos fueron detenidos en Ecuador por estar acusados de protagonizar el secuestro de su padre y exigirles a su propia familia un millonario pago para entregarlo con vida.
El rapto ocurrió en medio de un almuerzo y, gracias a un primo que logró escapar e identificar a sus parientes, los supuestos autores fueron identificados y denunciados ante la policía.
Así fue el insólito secuestro del padre
El mencionado almuerzo se desarrolló durante la tarde del sábado 1 de junio, instancia que fue interrumpida por cinco personas —entre ellas los dos hermanos— que estaban encapuchadas y armadas
Los secuestradores se centraron inmediatamente en la principal víctima del secuestro, identificada como Víctor Manuel, y en su trabajador, Jeremy Manuel; siendo ambos atados y llevados a un lugar que hasta entonces era desconocido.
El primo de los antisociales y sobrino de Víctor Manuel, llamado Robin, huyó del ataque y se mantuvo escondido entre los matorrales hasta que el peligro desapareciera. Cuando llegaron los funcionarios policiales a la vivienda, les aseguró que había reconocido a sus familiares entre los secuestradores.
La millonaria fianza que exigían los hijos
Al mismo tiempo que Robin daba aviso, la familia era extorsionada con el pago de una millonaria cifra para liberar al progenitor. Exigían un monto de 10.000 dólares, lo que en pesos chilenos se traduce a poco más de $9 millones, según el cambio actual.
Con la información obtenida, la policía llegó a una parcela ubicada en el sector de Las Moras —zona centro de Ecuador—, dando con el paradero de los dos hermanos, Víctor Rodolfo y Jonathan Joel, quienes estaban con un tercer autor del rapto.
Cuando fueron consultados por Víctor Manuel, los dos sospechosos señalaron ser sus hijos y que actualmente su padre se encontraba en un centro de salud, de acuerdo a lo que informa la Policía de Ecuador.
Sin embargo, la mentira no les duró mucho, porque los uniformados vieron que había una camioneta estacionada y con la patente tapada. Los secuestradores argumentaron que era para evitar los radares de velocidad. Además de ello, había una cámara de seguridad destruida, con su disco duro desconectado.
Todos estos indicios motivaron su arresto, logrando que los tres individuos confesaran su responsabilidad en el secuestro de las dos víctimas, las que estaban encerradas en una bodega, atadas con un plástico negro y un cinturón de karate.
Ya liberados, Víctor y Jeremy fueron llevados a constatar lesiones y luego el padre hizo la posterior denuncia contra sus hijos. Así se determinó que Víctor Rodolfo, abogado de profesión, tenía una orden de captura pendiente por delitos previos.