Deforestación en Amazonía brasileña registra mínimo histórico en noviembre
- Por Julieta Garagay | AFP
¿Qué pasó?
La deforestación en la Amazonía brasileña cedió en noviembre a su menor nivel para ese mes desde que comenzaron los registros en 2015, según datos oficiales.
La destrucción en la mayor selva tropical del planeta totalizó 201,1 km² en noviembre, un descenso de 64% contra los 554,66 km² en el mismo mes de 2022, y la marca más baja de la serie histórica, según el sistema Deter, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Mejora la Amazonía, pero empeora El Cerrado
Los registros se conocen mientras se realiza en Dubai la conferencia climática COP28, donde se debate también la preservación de la Amazonía, clave en el combate al calentamiento global por su papel en la absorción del dióxido de carbono de la atmósfera.
Hace una semana, Lula (presidente de Brasil) destacó en la conferencia ambiental que su gobierno "redujo drásticamente la deforestación en la Amazonía", y repitió su compromiso de eliminarla por completo para 2030.
En contraste, El Cerrado, la sabana con mayor biodiversidad del mundo ubicada al sureste de la Amazonía, tuvo en noviembre la mayor destrucción para ese mes desde el inicio del monitoreo, en 2018.
La deforestación en ese bioma trepó el mes pasado a 571,6 km², un alza de 238% respecto de los 168,87 km² en igual periodo de 2022.
"Es indispensable priorizar las acciones en El Cerrado"
Lula asumió el poder hace cerca de un año con la promesa de revertir las políticas ambientales de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), un escéptico del cambio climático.
Antes de la COP28, el gobierno del izquierdista había anunciado una reducción del 22,3% de la deforestación en la Amazonía en los doce meses hasta julio, el mejor resultado en cuatro años, de acuerdo con datos de otra serie del INPE.
“Las acciones del gobierno consiguieron reducir de manera fundamental la deforestación en la Amazonía, aunque todavía hay muchos desafíos”, dijo a la AFP Ana Carolina Crisostomo, especialista en Conservación de WWF-Brasil.
“Sin embargo, en este momento es indispensable priorizar las acciones en El Cerrado”, añadió. Su destrucción “pone en riesgo la seguridad hídrica y la producción agrícola” de Brasil.
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