A minutos de la tragedia: La historia del hombre que llegó tarde a trabajar y se salvó del ataque a las Torres Gemelas
Este lunes se cumplen 22 años de uno de los peores atentados terroristas del nuevo milenio. Un 11 de septiembre de 2001, las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos, fueron derribadas, en una tragedia que millones de personas presenciaron por televisión.
A las 8:46 a.m la Torre Norte del complejo World Trade Center fue impactada por uno de los aviones secuestrados por el grupo extremista islámico Al Qaeda. Después de 18 minutos, la Torre Sur sufrió el mismo destino.
A minutos de la tragedia
En los edificios se encontraban cientos de trabajadores que comenzaban su jornada laboral, muchos no pudieron escapar del derrumbe y las llamas, aunque, curiosamente, la impuntualidad de uno de ellos lo salvó de ser una más de las víctimas.
Se trata de Hans Gernot Schenk,hombre colombiano nacionalizado alemán, que en ese entonces se desempeñaba como gerente en el piso 32 de la Torre Norte.
En una entrevista publicada por BCC en 2021, Hans contó que días antes del ataque su empresa envió un comunicado a sus empleados sobre los retrasos, recordándoles que como máximo podían llegar a las 9:00 horas.
El 10 de septiembre el trabajador tuvo una cena, por lo que no fue a dormir a su casa. Pese a los contratiempos que esto le trajo, hizo su mejor esfuerzo para ser puntual.
"Me baño, me visto, me voy rápido al metro. Pienso sorprendido: 'Guau, voy a llegar a tiempo, más temprano de lo regular'", dijo en ese entonces, creyendo que había logrado su objetivo.
Cuando quedaban 25 metros para llegar a las puertas giratorias del edificio en el que trabajaba, vio a gente correr en pánico. Eran las 9:10. Tan solo minutos lo habían separado de un terrorífico escenario.
La impuntualidad "cambió mi destino"
"Es tanto lo que cae, tanto lo que se ve, el impacto es tan grande, la explosión es tan fuerte y el ruido es tan retumbante que mi única reacción inmediata es de supervivencia, de cubrirme la cabeza y correr", recordó.
Hans corrió al metro para huir y pudo tomar un tren de regreso a su departamento, allí se encontraba su compañero de piso. En el lugar, ambos vieron por televisión cómo ambas torres se desplomaban.
Tras el atentado, la compañía siguió operando como si nada: "No entendió el shock ni el duelo". Esto le motivó a dejar el empleo en diciembre de 2001 y regresar a Alemania, donde intentó continuar con su vida, con varias secuelas emocionales.
Respecto a su experiencia, Hans reflexionó que "el hecho de no dormir en mi casa la noche anterior cambió mi destino. Tal vez causó que yo llegara al trabajo unos 10 minutos más tarde de lo que hubiera llegado normalmente. Analizo el tiempo, los minutos y los choques y sé que eso tuvo un impacto en el desenlace para cada uno", reflexionó.
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