Doctora transmitía sus operaciones por TikTok: Perdió su licencia médica porque las cirugías le quedaban mal
Entre la diversidad de cuentas que hay en TikTok, las que pertenecen a profesionales de la salud suelen tener miles de seguidores, porque entregan consejos prácticos y sencillos para nuestro bienestar.
Sin embargo, hay casos en que estos creadores de contenidos llegan a situaciones extremas y así ocurrió en Estados Unidos, donde una médica cirujana perdió para siempre su licencia médica por transmitir, a través de la red social, las intervenciones quirúrgicas que realizaba.
La revocación no solo fue por este actuar, sino también porque sus operaciones quedaban mal: pacientes que pasaron por su pabellón denunciaron quedar con secuelas a raíz de sus malas prácticas.
"Falta extrema de profesionalidad"
La protagonista en cuestión es Katharine Roxanne Grawe, conocida como "Dra. Roxy". Su licencia fue revocada por la Junta Médica de Ohio, durante este miércoles 12 de julio, lo que le impide volver a desempeñarse como profesional de la salud.
Fueron varios los factores que el organismo consideró para emitir su fallo: junto con dañar la promesa de confidencialidad entre médico y paciente —quebrantada mediante la transmisión en vivo por TikTok—, la profesional irresponsable atentó contra la integridad de sus usuarios y les provocó daños irreparables.
"Hemos visto una falta extrema de profesionalidad. Sus publicaciones son una estrategia de 'marketing'. Las redes sociales de la Dra. Grawe eran más importantes para ella que las vidas de los pacientes a los que trataba", declaró un miembro de la junta, según consigna El Heraldo.
La gota que rebalsó el vaso
En noviembre de 2022, la licencia de la mujer ya había sido suspendida. Sus severas negligencias tenían una explicación: "Roxy" miraba a la cámara y respondía comentarios mientras estaba en pleno procedimiento quirúrgico, manipulando instrumentos que podían pasar a llevar los órganos de sus pacientes.
Así lo declaró un grupo de antiguos pacientes, pero el testimonio de una usuaria fue clave. Ella manifestó que una semana después de su operación —que también fue transmitida—, fue a parar al servicio de urgencias de un hospital, porque Katharine dañó su intestino.
Las consecuencias de aquella mala praxis fueron el desarrollo de infecciones bacterianas en el abdomen de la paciente y problemas cerebrales, dado los altos niveles de toxinas en su sangre.
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