Angustiante búsqueda de Émile: Niño francés lleva cuatro días desaparecido y no hay avances en la investigación
Jugando en el jardín de la casa de sus abuelos en Francia es el último recuerdo que se tiene de Émile, un niño de apenas dos años y medio de edad que permanece desaparecido desde la tarde del sábado 8 de julio.
El menor se encontraba en Le Vernet, un pueblo localizado en los Alpes de la Alta Provenza, en el sur francés, para disfrutar de las vacaciones de verano junto a su familia.
La desaparición ha generado que cientos de personas se movilicen para dar con la ubicación del pequeño. A su vez, los investigadores no descartan ninguna opción y las posibilidades que barajan es que el chico salió de la casa solo y se perdió, o que derechamente fue secuestrado por terceros.
Incesante búsqueda contrarreloj
Según consigna Le Monde, lo ideal era que Émile hubiese sido encontrado en un plazo de 48 horas —el lunes 10 de julio—, considerando que se hizo un barrido de búsqueda de un radio de cinco kilómetros alrededor de la casa de los abuelos.
Pero ya han transcurrido 96 horas sin tener noticias certeras del menor: "Audiencias de testigos no han aportado nuevos elementos susceptibles de poder explicar la desaparición. Por el momento, no existe elemento que caracterice un delito de imputación penal susceptible de ser en el origen de esta desaparición", señaló el fiscal Rémy Avon.
Entre los testimonios que ha reunido la investigación está el de dos personas que vieron al pequeño caminando por una calle cercana a la vivienda de su familia.
La búsqueda es a contrarreloj, no solo por la desesperación que afecta a la familia, sino también por la ola de calor que se registra en Francia y Europa en general, lo que puede causar una deshidratación mortal en el niño.
Con un mensaje de voz intentan encontrar a Émile
Tanto los familiares como los equipos de búsqueda están recurriendo a medidas poco convencionales para encontrar al infante. De acuerdo a Antena 3, los investigadores están usando un mensaje de voz de su madre para hallarlo, creyendo que podría estar escondido y que al oír a su progenitora podría aparecer.
La última vez que Émile fue visto, él vestía una camiseta amarilla, pantalones cortos blancos con pintas verdes y unos zapatos de senderismo. Sus ojos son marrones, tiene el pelo rubio y mide poco menos de un metro.
