Aumenta población de hipopótamos de Pablo Escobar en Colombia: ¿Cuáles son las soluciones para controlarlos?
- Por Julieta Garagay
En los años 80, Pablo Escobar llevó cuatro hipopótamos africanos de manera ilegal a Colombia. En 1993, cuando el líder del Cartel de Medellín falleció, estos animales escaparon.
Hoy, a más de cuarenta años de que llegaran al país sudamericano, el gran aumento de los descendientes de los hipopótamos genera preocupación en las autoridades colombianas.
El principal problema radica en que, como son animales introducidos, estos no tienen depredadores naturales en Colombia, significando una evidente amenaza para la flora y fauna del lugar.
¿Cuántos hipopótamos hay en la actualidad?
De acuerdo a un censo realizado por el gobierno colombiano y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt en 2022, la población es de 181 a 215 individuos.
Con el 37% de la población siendo juveniles, los datos mostraron que los hipopótamos se están reproduciendo rápidamente, tal vez incluso alcanzando la madurez sexual antes en Colombia. Incluso solo dos años antes, en 2020, se estimaba que había 98 hipopótamos.
Los investigadores también estudiaron los efectos de estos enormes animales en los ecosistemas locales, y encontraron que dañan las riberas de los ríos y los bosques pisoteando las plantas y que compiten con los animales autóctonos, como el manatí antillano, por los recursos alimentarios.
¿Cuáles son las soluciones?
Los hipopótamos son un punto de discordia entre la población local. Algunos se benefician del turismo basado en los hipopótamos, mientras que otros viven con miedo.
Entre las opciones del gobierno colombiano están administrar anticonceptivos o capturar y castrar a los hipopótamos. Ambas opciones son muy costosas y de largo plazo; la primera costaría cerca de 850 mil dólares y tardaría 45 años, mientras que la otra alzancaría el valor de 530 mil dólares y tardaría 52 años en verse sus resultados.
También se buscan países con santuarios para que los acojan, pero dado el tamaño de los animales, su área de distribución y sus hábitos, todas las opciones que baraja el gobierno serán difíciles de ejecutar.
En cuanto a la posibilidad de matarlos, el ecologista Rafael Moreno, citado por Yahoo, dijo que "la decisión de sacrificar un hipopótamo tiene un peso moral. Pero el peso de la otra decisión -la inacción- es mucho mayor. Espero que esto lo entiendan los políticos".
"Antes, uno de los argumentos en contra del tratamiento de los hipopótamos era que nuestra información era limitada y nuestros argumentos teóricos. Pero ahora hemos dejado de lado ese argumento. Este estudio demuestra que se trata de un problema real, y que el Estado debe actuar con urgencia", agregó.
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