Celebraba su último día de trabajo antes de jubilarse, se desvaneció y murió frente a sus compañeros
Después de 30 años de trabajo, Michele Barco cerró su trayectoria laboral con una fiesta junto a todos sus colegas. Pero lo que prometía ser una despedida en grande, terminó siendo un triste adiós: el festejado se desvaneció y murió en medio de los brindis.
Sus compañeros llegaron a socorrerlo, pero no pudieron evitar su deceso, provocado, presuntamente, por un paro cardiaco. Por su parte, los pasteles y el vino que había llevado la propia víctima quedaron ahí tras la pérdida del querido trabajador de 58 años de edad.
Tristeza entre sus colegas
El martes 31 de enero era el último día en que Barco se desempeñaba como responsable de control de calidad en la empresa Belvest, dedicada a la confección de trajes en Italia. Desde febrero, iba a ser un jubilado que descansaría después de trabajar durante tres décadas.
Su muerte fue motivo de profunda tristeza entre sus compañeros de labores y la organización, la que suspendió sus funciones para homenajear al carismático Michele.
"Nadie esperaba una enfermedad tan repentina, nunca había habido avisos. Aunque no lo conozco más que de vista, solo he oído cosas positivas sobre él. Un hombre trabajador, amable y honesto, muy cercano a su familia y que cuidaba de su ya anciana madre", expresó un funcionario al medio italiano Corriere della Sera.
Funeral del hombre
Este viernes 3 de febrero se realizaron sus funerales en la catedral de la localidad italiana Piazzola Sul Brenta. Previamente, el sacerdote que encabezó las exequias manifestó que él era reservado, risueño y cordial, dejando atónitos a sus más cercanos por su repentina muerte.
De acuerdo a sus compañeros, el fallecido era un experimentado en su oficio, pues era el encargado de buscar cualquier defecto o error de fabricación en los trajes de vestir. Además, vivía con su anciana madre y no tenía esposa ni hijos.
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