Fue de vacaciones a África y lo encerraron 8 años en una de las peores cárceles del mundo
- Por Meganoticias
Hace ocho años Andrés Felipe Ballestero salió de su natal Colombia rumbo a África. Su sueño era conocer las playas de Tanzania, pero terminó conociendo un verdadero infierno, al terminar encerrado en una de las peores cárceles del mundo, la cárcel de Keko a 12.172 kilómetros de su país.
Él aún no sabe cuál fue la razón. Jamás hubo justificación legal para el encierro, solo supo después que en África, al parecer, tener presos es un negocio que da mucho dinero.
Fue así como Andrés se convirtió entonces en uno de los miles de presos de África, continente donde ahora está convencido de que no hay respeto por los Derechos Humanos.
Apenas llegó a Tanzania a Felipe lo encerraron
Sólo pisó el aeropuerto y a los pocos minutos lo abordó la policía de Tanzania. No entendía nada de lo que le decían. Felipe no hablaba el idioma local.
Se lo llevaron a una celda. No había razón aparente, no había ningún crimen, estaba encerrado solo por capricho de los policías.
El colombiano supo que estaba en una situación difícil cuando uno de los oficiales le hace una señal; entendió entonces que debía dar dinero por su libertad.
Sin embargo, para él no sería tan fácil. Lo llevaron a un calabozo donde todos los reclusos estaban hacinados. "Llegué a la celda de huéspedes. Era de unos 10 por 10 metros, y ahí vivíamos más de 90 presos”, contó al diario El Tiempo.
Las condiciones eran inhumanas. Felipe recuerda que en todo ese tiempo le dio malaria 17 veces y tifoidea unas nueve. Debía dormir en colchones muy delgados, que estaba obligado a compartir con otros presos. Si se levantaba en la noche para ir al baño inmediatamente perdía el lugar donde dormía. El calor y los insectos los asediaban siempre.
De comer le daban todos los días lo mismo, una masa extraña que aún no sabe qué es y una sopa con 20 fríjoles (los llegó a contar) nadando en agua sucia.
Finalmente pudo salir
Cuando llegó la pandemia del Covid-19 sintió que su tiempo se acababa. Para Felipe había llegado la hora de morir en aquel infierno, pensaba él. “Veía cómo otros reclusos morían y pensaba que era mi turno”, dijo.
Así vivió ocho años una pesadilla que dificilmente podrá olvidar. Al cumplir cinco años en la cárcel le dieron libertad, pero cuando estaba a punto de marcharse, inexplicablemente, lo volvieron a encerrar. Él no sabía lo que ocurría nuevamente, pero esto lo llevó a desmoronarse otra vez.
La presión de los medios de comunicación en Colombia y de sus familiares llevó al gobierno a intervenir. Acordaron que si se declaraba culpable tendría la opción de fianza.
Sabías que hay un colombiano que está preso hace 8 años en Tanzania y el Gobierno del Cambio, en #60DíasDelCambio, logró un acuerdo para su repatriación.
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) October 8, 2022
Conoce la historia de Andrés Felipe Ballesteros. pic.twitter.com/Z9Cyi2ud1t
Fue así como gracias al respaldo de los colombianos logró reunir el dinero que le pedían, 25.000 dólares, suficientes para pagar la fianza y volver a su país.
El pasado 21 de octubre volvió a ver el cielo colombiano. Se reunió con su familia y sus dos hijos. Su esposa, de quien se fue enfadado a su viaje, ya no estaba, murió. Algo que le destrozó el corazón.
Andrés no sabe por qué lo encerraron, tampoco de qué tuvo que declararse culpable. Lo que sí sabe es que ese infierno que vivió lo cambió para siempre.
"Aprendí a valorar hasta lo más mínimo, desde un grano de arroz hasta darle la mano a un policía que te pide documentos. De ese castigo de Dios aprendí a valorar a mi familia, a ser más cálido y, principalmente, a tratar con amor a todos. Con el amor y la unidad las vidas de muchos mejorará. Estoy seguro", concluye Andrés.