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Médicos le dijeron que su hija tenía síntomas de coronavirus, pero se trataba de una grave afección

Los médicos le dijeron a una madre en Inglaterra que su hija de dos años, Lola, había desarrollado cojera y náuseas debido a que la menor se había contagiado previamente con Covid-19. 

Sin embargo, los padres de la niña se llevaron una gran sorpresa cuando se dieron cuenta de que los profesionales habían cometido un error en el diagnóstico, ya que en realidad se trataba de un tumor cerebral.

El diagnóstico

Lola, que vive en Sherburn-in-Elmet, experimentó síntomas como cojera e inclinación de la cabeza, lo que afectó su habla. La niña de dos años fue diagnosticada de astrocitoma pilocítico el 17 de febrero de este año.

Jessica Hunt, la madre de 26 años, se dio cuenta de los extraños patrones de comportamiento de la menor, como dormir a menudo y también empezó a sufrir episodios de vómitos.

"Nos habían dicho en numerosas ocasiones que esto era consecuencia de haber tenido Covid-19, pero como madre los instintos me sugerían que había algo más grave de fondo", contó a Wales Online.

Una noche, después de que Lola empezara a cojear y vomitar, Jessica y su pareja, Luke, buscaron ayuda urgente.

El tumor

Las radiografías y los análisis de sangre de Lola salieron bien. Pero los médicos decidieron hacer una resonancia magnética de su cerebro y ahí encontraron el tumor en el tallo izquierdo, que había crecido 5 centímetros.

"Descubrieron el tumor que creían que estaba ahí desde el nacimiento", dijo Jessica. "Nuestros corazones estaban destrozados", añadió.

Lola fue trasladada de urgencia desde York a la Enfermería General de Leeds, donde la familia esperó mientras los neurocirujanos evaluaban si podían operarla, cosa que finalmente hicieron. 

"Aunque los riesgos cambiaban la vida, la operación superaba con creces la opción de dejar el tumor donde estaba, ya que Lola se estaba deteriorando ante nuestros ojos. Como padres, lo único que podíamos esperar era ver a nuestra hija respirar", dijo la madre.

Los cirujanos extirparon entre el 90 y el 95% del tumor, porque eliminar más habría sido demasiado peligroso. Luego de unas complicaciones post operatorias, la niña se encuentra recuperándose. 

"Es la mejor luchadora y una inspiración. Aunque Lola tendrá que someterse a frecuentes resonancias magnéticas durante el resto de su vida, tenemos la esperanza de que el tumor no crezca y Lola pueda seguir viviendo una vida plena y feliz", cerró Jessica.