Mujer sufre un "dolor insoportable" debido a una condición genética que le impide poder jugar con su hijo
- Por Diego Alonzo
Kate Mallinson, de 45 años, vive momentos angustiantes, no solo por los "insoportables dolores" con los que ha tenido que lidiar tras ser diagnosticada con el Síndrome de Ehlers-Danlos (EDS), sino también porque podría perderse parte importante de la vida de su pequeño hijo Samuel, al no poder jugar con él o estar ausente en los momentos importantes.
El EDS es una condición genética que afecta a los tejidos conectivos, en específico, a la piel, articulaciones y paredes de los vasos sanguíneos. Además, provoca que las articulaciones se vuelvan excesivamente flexibles, por lo que pueden llegar a dislocarse.
Pero el estado de salud de la mujer, que vive en la ciudad inglesa de Doncaster, también ha empeorado debido a una escoliosis y la enfermedad de Crohn, lo que la llevó, incluso, a renunciar a su trabajo por los síntomas, informa Mirror.
"Rara vez puedo correr con él o jugar al aire libre"
Kate indicó que esta condición genética le ha traído problemas para disfrutar con su hijo, puesto que no puede pasar mucho tiempo con él al estar cansada: "Rara vez puedo correr con él o jugar al aire libre y, en las ocasiones que tengo, tengo que parar y vomitar", afirmó.
A raíz de lo anterior, aclaró que, pese al cansancio y el dolor, intenta salir adelante y hace todo lo posible para acompañar a Samuel: "Cada día es diferente y trato de hacer un buen día para mi hijo cuando puedo y hago tantas cosas de mamá como sea posible".
¿Qué dice su hijo?
Samuel manifestó sentirse "culpable" por no poder ayudar a su madre, aunque remarcó que la ha asistido en algunas labores para agilizar su vida.
"Trato de hacer cosas como ordenar y ayudar a preparar el té y cuidarme un poco, pero es muy triste verla sufrir todo el tiempo", dijo.
Expresó que "toda mi vida he visto a mamá con dolor y realmente me haría feliz verla sonriendo, no llorando".
Una cirugía podría cambiar su vida
Kate tiene planeado someterse a una cirugía craneocervical que, si bien no la curará, aliviaría en gran parte el dolor que suele sentir día a día. Si bien existen algunos riesgos tras la operación, ella cree esta es la única opción que existe para volver a tener una vida "normal".
"Quiero ver crecer a mi hijo y todas sus emocionantes aventuras en lugar de que solo ocurran a mi alrededor... Haría cualquier cosa para que este dolor que aplasta el alma se detenga", agregó.
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