Polémica por decisión contra niña de 9 años que vendía golosinas en colegio: Acusan a padres de explotación infantil
La pequeña Carolina Haydaz vio una oportunidad de negocio en su colegio y decidió emprender. Con apenas 9 años, ideó un plan de ventas de galletas, dulces y snacks para sus compañeros y llegó a recaudar hasta 45 dólares diarios.
Carolina había “contratado” a una cajera, una compañerita que se encargaba de recibir el dinero, y a un “asistente” que le tomaba los pedidos. En encuentro comercial ocurría durante el recreo en un colegio de la localidad de Leandro N. Alem, en Misiones, Argentina, reportó Milenio.
Los clientes, alumnos de la Escuela N°62 Luis Piedra Buena, hacían sus encargos y la emprendedora llevaba al otro día la mercancía escondida en su mochila. Los pedidos fueron creciendo de tal manera, que fue necesario usar un bolso grande.
Esta sorprendente iniciativa duró solo dos semanas, pues los docentes descubrieron el bolso con alimentos y refrigerios. La directora prohibió el negocio por considerar que transgredía las normas de la institución al tratarse de una actividad con fines de lucro.
"No es explotación infantil"
“Hacía entre 4 y 5 mil pesos por día, pero lo que me molestó es que me sacaran las cosas siendo que mis padres sabían lo que yo hacía, siempre les cuento todo y quiero seguir haciendo lo mismo”, comentó Carolina a un medio local.
Dijo que seguirá con las ventas y consideró que podría ser en la entrada o vereda de la escuela, con la mercancía sobre una tela.
El padre de la niña, Fredy Haydaz, es dueño de una empresa de transporte de alimentos. Informó al portal TN que todo comenzó cuando la escuela suspendió las cantinas, “unos kiosquitos en donde los maestros vendían todo tipo de productos para los alumnos”. Así que Carolina tuvo la idea y él la apoyó como proveedor.
Desestimó, además, algunas acusaciones de "explotación infantil", al asegurar que su hija lo hacía como un juego y no por necesidad. Asimismo, aseveró que se quedaba con las ganancias. “Carolina vendía helado en la puerta de casa. Lo hace porque le encanta”, dijo su papá.
La directora de la escuela, Ingrid Marcuar, aclaró que en la institución funciona un kiosko saludable y que las ganancias son destinadas a la compra de insumos para el colegio.
“Entiendo que la nena no tiene una mala actitud, no está mal que aprenda a ganarse la vida (...) Pero, si cada padre habilita a que su hijo venda acá adentro, ¿Qué va a ser esto? ¿Una feria?”, agregó la docente.
La madre de Carolina Haydaz, Irene Boidi, propietaria de una compañía de té, admitió su error al permitir que su hija llevara a cabo el negocio sin la autorización del colegio.