"Nunca había tomado un arma en mis manos": Civiles inexpertos en la "primera línea" de la defensa de Kiev
"Distribuyeron fusiles, los cargaron para nosotros y aquí estamos", dice Yuri Kortshemni, que nunca había tenido una arma entre sus manos antes de unirse a un batallón de civiles listos para defender Kiev metro a metro frente al enemigo ruso.
En plena invasión de su país, cuando las primeras fuerzas rusas precisaron de menos de 48 horas para infiltrarse en la capital, el historiador de 35 años no dudó.
Decenas de hombres de su barrio acudieron como él para tomar un fusil Kalashnikov en un punto de distribución, un camión militar repleto de cajas de armamento, explica.
"Defensa territorial"
En Facebook y en medios, el ministerio de Defensa multiplica los llamados al alistamiento de urgencia en las brigadas de "defensa territorial", una institución creada en 2015 para reforzar al ejército regular.
Actualmente basta con tener entre 18 y 60 años y un pasaporte para enrolarse. No hace falta ningún entrenamiento.
"Nos dieron armas en una oficina de alistamiento militar. Ahora, la situación es tal que no podemos esperar una convocatoria", explica otro voluntario, Volodimir Moguila.
El electricista, ya con una cierta edad y el fusil tambaleándose en su abrigo, hace rodar un viejo neumático por el borde de una carretera para reforzar una barricada improvisada junto a un tanque ucraniano.
"Brazelete amarillo"
Con jeans, ropa deportiva, zapatillas o uniformes desparejados, los civiles voluntarios de "defensa territorial" son ahora omnipresentes en la capital, incluso más visibles que los militares regulares.
Para reconocerse lucen un pequeño brazalete amarillo, a veces simplemente cinta adhesiva, alrededor del brazo izquierdo.
En una ciudad casi fantasmal, su ir y venir constante salta a la vista. El cerco del enemigo se estrecha peligrosamente sobre la capital y todos se preparan para combates sangrientos.
"Nunca había tomado un arma en mis manos"
"Tenemos un enemigo muy poderoso frente a nosotros", justifica un comandante de las fuerzas civiles, con el nombre de guerra "Bob", un ingeniero informático de 51 años y mirada azul penetrante, con un fusil de asalto entre manos.
Ese armamento "no es suficiente para detener helicópteros, tampoco para hacer frente a los tanques", protesta, pidiendo a la comunidad internacional que abastezca de armas a su país. "Tenemos que parar a Moscú, tenemos que parar al enemigo", insiste.
El voluntario Roman Bondertsev, que se unió para "no quedarse sin hacer nada en casa" mientras Rusia invadía su país, asegura que está listo para defender su ciudad metro a metro, sea cual sea el escenario. Pero tampoco se hace demasiadas ilusiones.
"Nunca había tomado un arma en mis manos hasta hoy. ¿Qué queréis? Intentaremos hacer lo mejor que podamos", responde encogiendo los hombros. "Y si me matan, habrá otros dos listos a tomar mi puesto", promete.
Cabe recordar que el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, aseguró que los invasores rusos intentarán esta madrugada tomar la capital Kiev, cuya defensa recae en gran parte en los miles de civiles dispuestos a defender a su país.
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