Paciente que fue trasplantado con un corazón de cerdo había sido condenado por apuñalar a hombre hace 33 años
Una verdadera hazaña tuvo lugar en Estados Unidos hace una semana, luego que un equipo de cirujanos de ese país trasplantara con éxito el corazón de un cerdo modificado genéticamente a un humano.
Sin embargo, hace poco se conocieron algunos antecedentes del pasado del hombre trasplantado, quien había sido condenado en 1988 por apuñalar siete veces a un hombre y dejarlo paralítico.
El testimonio de la familia
David Bennet, de 57 años, es el nombre del estadounidense que hizo noticia hace pocos días tras protagonizar el impresionante avance médico, pero que recientemente se ha visto expuesto a las críticas de la familia de la persona a quien él habría atacado hace más de 30 años.
De acuerdo a The Washington Post, el hombre golpeó en la espalda a Edward Shumaker y luego lo apuñaló 7 veces en el abdomen, en el pecho y en la espalda, después de ver a su esposa junto a él.
Bennet huyó del lugar de los hechos, pero fue detenido, declarado culpable por agresión y portar un arma, y condenado a 10 años de prisión.
Además, debía pagar a la familia de la víctima una multa de más de 3 millones de dólares, pero según la hermana de Shumaker, Leslie, nunca lo hizo.
Según el citado medio, tras pasar en la cárcel 6 años, Bennett salió en libertad en 1994, pero la familia nunca pudo recomponerse: Edward pasó los siguientes 19 años usando una silla de ruedas, antes de sufrir un derrame cerebral en 2005 y morir dos años después, a pocos días de cumplir 41.
"Ed sufrió", dijo Leslie. "La devastación y el trauma, durante años y años, con los que mi familia tuvo que lidiar...".
Después de que Bennett salió de prisión, "siguió adelante y vivió una buena vida. Ahora tiene una segunda oportunidad con un nuevo corazón, pero desearía, en mi opinión, que hubiera ido a parar a un destinatario que lo mereciera", dijo la mujer.
La visión de los médicos
Los médicos, en tanto, no comparten esa opinión. No existen leyes ni reglamentos que prohíban que alguien con antecedentes penales reciba un trasplante o un procedimiento experimental como el que tuvo Bennett.
"El principio clave de la medicina es tratar a cualquiera que esté enfermo, independientemente de quién sea", dijo Arthur Caplan, profesor de bioética en la Universidad de Nueva York.
"No estamos en el negocio de separar a los pecadores de los santos. El crimen es un asunto legal", expuso.
De acuerdo al mismo medio, los especialistas en ética médica argumentan que el sistema de justicia penal ya impone penas de prisión, restitución financiera u otros castigos a los condenados por delitos violentos, por lo que retener los servicios médicos no forma parte de ese castigo.
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