Arrestan a asesino en serie que engañaba a sus víctimas ofreciéndoles trabajo: "Posee una habilidad criminal"
Un hombre, identificado como Fabricio L. y acusado de ser un asesino en serie, fue detenido por la policía de Ecuador en la provincia de Orellana, que se encuentra en la región amazónica del país suramericano.
La captura se registró en la parroquia Dayuma, del cantón Francisco de Orellana. De acuerdo a la información dada por la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (DINASED) de la Policía Nacional, el sospechoso fue acusado de ser el responsable de tres homicidios intencionales, reportó el portal RT.
“Según el informe preliminar, tras los diferentes hechos de sangre, Fabricio L., es identificado como un presunto asesino, quien posee una habilidad criminal, seduciéndoles bajo engaños a sus víctimas para luego trasladarlas con rumbo desconocido hasta su muerte”, reza el informe policial.
El asesino les ofrecía empleo a sus víctimas en las fincas que eran propiedad de familiares y que él se encargaba de administrar, detalló Óscar Puebla, jefe de la sección de Perfilación Criminal del cuerpo de seguridad.
Enterró a todas sus víctimas a 70 centímetros de profundidad
A principios de junio de 2021, se reportaron como desaparecidas a las víctimas, quienes fueron identificadas por los investigadores como Luis Pardo, Fabián Machoa y José Espinoza, de 57, 43 y 41 años, respectivamente.
El primer cuerpo fue hallado el jueves 10 de junio en la parroquia de Dayuma. “Luego de la autopsia, se confirmó que la causa de la muerte fue específicamente por el paso de un proyectil de arma de fuego”, informó la policía.
Posteriormente, el sábado 17 de julio, la policía encontró los cadáveres de Machoa y Pardo en Nueva Unión, una comunidad perteneciente a la misma parroquia donde fue hallado el primer cuerpo. “De igual manera, luego de las autopsias confirmaron que las causas de las muertes serían provocadas por heridas con bordes irregulares”, informó la DINASED.
Puebla destacó las similitudes que existían entre los tres casos. Una de ellas es que el asesino enterró a todas sus víctimas a 70 centímetros de profundidad. La policía concluyó que Fabricio L. era el principal sospechoso de los asesinatos. Tras allanar su vivienda, los oficiales encontraron “indicios vinculantes” al crimen, por lo que fue detenido.