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Atleta va al médico por dolor de espalda y le diagnostican un cáncer de pulmón: "Me dieron dos semanas de vida"

  • Por Meganoticias

Becca Smith, una atleta de 29 años, describió cómo fue el momento en el que los médicos le hicieron saber que le quedaban dos semanas de vida, tras acudir a consulta por una tos y un dolor de espalda que sufría desde hace varios meses.

La mujer de Chester, Reino Unido, tenía en mente que la raíz de sus problemas de salud era un deslizamiento de disco. Sin embargo, el horror llegó a su vida cuando le diagnosticaron cáncer de pulmón terminal, informó el New York Post.

Smith, quien además fue campeona del concurso Bikini Clásico de Cumbria en 2015, estaba por abrir su propio estudio de yoga en Leeds, a finales del año 2019, cuando empezó a sentirse mal y enfermarse.

Posteriormente, en enero de 2020, comenzó a sufrir dolores muy fuertes y migrañas. Abandonó el yoga y el entrenamiento de fuerza después de asumir que todo se trataba de una lesión en la espalda.

A pesar de que Smith acudió a fisioterapeutas, quiroprácticos y médicos de salud privados, ninguno de ellos pudo detectar lo que verdaderamente estaba provocando sus dolencias.

Consiguió alargar su vida con un medicamento

La atleta fue hospitalizada después de que perdió la visión por segunda vez. Smith, que fue coronada y luego compitió en la final británica del concurso de bikini clásico, ni siquiera pensó que el cáncer podría ser una posibilidad en su vida.

En marzo de 2020, Becca permaneció en el hospital durante cinco días mientras los médicos hacían las pruebas necesarias. “Recuerdo que dos médicos se acercaron a mí. Cerraron las cortinas, se me cayó el estómago. Solo sabía que algo no estaba bien”, dijo.

Los doctores le preguntaron a Becca si quería que sus padres estuvieran presentes para el diagnóstico, pero ella dijo “no” porque nunca se imaginó que sería tan impactante. La mujer, que no era fumadora, tenía cáncer de pulmón en etapa cuatro. “Me dieron dos semanas de vida”, aseguró la mujer.

“Mi papá se tiró al suelo, mi mamá gritaba, yo gritaba. Recuerdo que le dije a mi mamá: ‘Por favor, no me dejes morir’”, dijo. A pesar de que le dieron dos semanas, la familia de Becca se negó a aceptar que era el final.

Becca toma un medicamento llamado Alectinib que detiene el crecimiento del tumor y le da más tiempo de vida. El cáncer ya no se encuentra ni en su cráneo ni su cerebro, pero una cantidad minúscula aún permanece inactiva en el pulmón izquierdo y la columna vertebral.

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