¿Quién fue Abel Escobar? La misteriosa y poco conocida vida del padre del peligroso narco Pablo Escobar
Pablo Emilio Escobar Gaviria fue un hombre mundialmente conocido por los horrendos crímenes que cometió para proteger su imperio narco. Desde protagonizar secuestros, hasta mandar a matar a sus amantes, el colombiano fue uno de los criminales más peligrosos del siglo XX.
Sin embargo, poco pública es la vida de su padre: Abel de Jesús Escobar Echeverry, un agricultor de orígenes vulnerables que al término de su vida reunió una gran fortuna, dejando una millonaria herencia para su familia.
Creíble o no, existe misterio sobre si alguna vez estuvo relacionado con el negocio ilícito de su hijo, quien le habría regalado vehículos de lujo y departamentos de gran nivel. De lo que no hay dudas fue el secuestro del que fue víctima, cuyo rescate dejó a Escobar Gaviria como héroe.
¿Quién fue Abel de Jesús Escobar Echeverry?
Trabajando la tierra de una hacienda en Antioquía, Colombia. Ahí siempre se le veía a Abel, quien era descrito como un innato hombre de campo que nunca se separó de la agricultura. Mientras labraba de sol a sol, un día conoció a una profesora llamada Hermilda Gaviria Berrío, la futura madre del narco.
La joven docente provenía de una familia acomodada, muy distinta al estilo de vida que llevaba Escobar, dado que sus padres eran comerciantes. A pesar de lo diferentes que eran, finalmente contrajeron matrimonio.
Acatando las costumbres tradicionales de la época —altamente machistas—, Hermilda dejó su trabajo y se dedicó a las labores del hogar. Mientras tanto, su marido asumió los gastos de la familia, los que se acrecentaron cuando nacieron Roberto y Pablo.
La situación era cada vez más compleja y los Escobar Gaviria se vieron obligados a mudarse constantemente. De hecho, ya eran siete los hijos que mantener, por lo que la dueña de casa se reintegró a las labores educativas, en contra de lo que pensaba su esposo.
Así estuvieron viviendo durante un largo tiempo. Cuando sus hijos ya estaban en condiciones de abastecerse por sí solos, el matrimonio volvió al campo y varias veces fueron visitados por Pablo, lo que tendría serias consecuencias.
Un secuestro con heroico rescate
El narcotraficante solía visitar a sus padres en vehículos de alta gama, pues su negocio de cocaína le generaba millonarios ingresos. Obviamente, el lujo llamó la atención de peligrosas bandas delictivas, lo que motivó el secuestro de Abel mientras regresaba del mercado.
La idea era aprovecharse del hombre cuyo hijo era millonario y así pedir una elevada suma de dinero. Por su parte, Pablo y su hermano Roberto idearon un admirable plan de rescate.
En dos reconocidos periódicos colombianos dieron el aviso de que Abel Escobar Echeverry estaba desaparecido y ofrecían una millonaria recompensa por información. El paso siguiente fue instalar cámaras de seguridad en todas las farmacias de Medellín, ya que Abel necesitaba de sus remedios para el corazón.
Una tarde, un farmacéutico dio el aviso que llegaron unos hombres a comprar un determinado remedio y fue recompensado con cerca de 1.700 dólares (lo que hoy equivale a 1,3 millones de pesos chilenos). Así fue cómo los investigadores de Escobar dieron con dos de los secuestradores.
El colombiano pagó por el rescate y entregó una suma de 65.982 dólares ($52,4 millones) en un bolso que en su interior llevaba un rastreador. A los pocos días, el narco y su banda llegaron hasta donde estaba su padre y mataron a los raptadores para salvar al hombre sano y salvo.
Por paradojas de la vida, lo más destacable no fue el rescate de Abel, sino que el de Wilson Patiño Toro, un niño que también había secuestrado hace pocos días y al que encontraron casualmente. El hecho recibió amplia cobertura periodística y Pablo quedó como héroe ante la ciudadanía.
La millonaria herencia para su familia
Cuando Pablo Escobar murió baleado por la policía colombiana en 1993, Abel ni siquiera fue a su funeral ni tampoco dio declaraciones, como sí lo hizo Hermilda.
Víctima de una afección a los pulmones, el 21 de octubre de 2001 falleció el campesino, a la edad de 75 años. Lo que marcó su deceso fue la millonaria herencia en propiedades que le dejó a su esposa e hijos, avaluadas en 376.512 dólares (casi $300 millones chilenos).
"Lamentamos profundamente su muerte, porque él siempre mantuvo una postura equilibrada alrededor de la convulsión que envolvió a la familia desde comienzos de la década de los setenta, cuando mi padre optó por la ilegalidad", contó Juan Pablo Escobar, el hijo del poderoso narco que Colombia aún no olvida.
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