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Llegada de lava al mar en Canarias: Gases podrían ser tóxicos pero representan un riesgo "menor"

  • Por AFP

Los gases provocados por la llegada de la lava al mar en la isla española de La Palma, que pueden ser tóxicos, representan en este momento un riesgo "menor" para la población, afirmó este miércoles un experto del plan de emergencias de Canarias.

"Tenemos ahora mismo metido un viento importante en la zona que disipa más esa columna (de gases) hacia el mar, por lo tanto el riesgo es muchísimo menor", señaló a la radio pública Rubén Fernández, director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA).

La colada de lava del volcán de Cumbre Vieja en la isla del archipiélago atlántico, que entró en erupción hace 11 días, llegó finalmente la noche del martes al miércoles al mar, un momento temido por los expertos que advertían de posibles explosiones, nubes tóxicas u olas de agua hirviendo.

La mañana de este miércoles la televisión pública TVE mostraba las imágenes de la cascada de lava entrando al mar, lo que provocaba grandes columnas de vapor y gases.

Vecinos confinados

En prevención, los vecinos de las zonas más cercanas habían sido confinados desde el lunes para evitar que entraran en contacto con los gases.

"Ahora mismo no tenemos ningún indicio que nos haga pensar que sea peligroso para las personas que están en el confinamiento, ni para los equipos de emergencia, que también respetan los perímetros de seguridad", señaló Rubén Fernández.

El gobierno de Canarias ha establecido un perímetro de 3,5 kilómetros de distancia en tierra y de 2 millas náuticas en mar del punto de la entrada de lava al agua, que consideran suficiente para garantizar la seguridad de las personas.

"La inhalación o el contacto con gases ácidos y líquidos puede irritar la piel, los ojos y el aparato respiratorio y causar dificultades al respirar", advirtió el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN).

Por la erupción iniciada el 19 de septiembre, más de 6.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, pero hasta el momento no ha habido heridos ni muertos, aunque sí graves daños materiales.

La lava ha arrasado ya 656 edificaciones y cubierto 268 hectáreas en esta isla de 85.000 habitantes que vive del cultivo del plátano y del turismo, según el sistema de medición geoespacial europeo Copernicus. 

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