Asesino serial brasileño absuelto por crimen de su esposa viajó a EEUU, mató a tres mujeres y huyó de regreso a su país
Un asesino en serie brasileño, que murió en 2005 en un accidente de avión, mató a tres mujeres en Florida hace 20 años, anunció este martes la policía.
Roberto Wagner Fernandes, que vivió en Miami en los años 1990 y a principios de los 2000, podría haber cometido otros asesinatos, indicó la oficina del sheriff del condado de Broward.
"Creo que hay otros casos por ahí, y eso es parte de nuestra investigación en curso", dijo el detective del condado Zachary Scott.
La justicia brasileña acusó a Fernandes de asesinar a su esposa en 1996, pero acabó absolviéndolo. Tras aquello, se mudó a Miami, donde trabajó como auxiliar de vuelo y conductor de autobuses turísticos.
La policía identificó a Fernandes como el asesino de tres mujeres en Florida que sufrían problemas de drogadicción y se dedicaban a la prostitución.
Las víctimas
La primera víctima fue Kimberly Dietz-Livesey, cuyo cadáver apareció en una maleta en junio de 2000.
Dos meses después, el cuerpo de Sia Demas fue hallado en una bolsa de deporte.
La tercera víctima, Jessica Good, murió apuñalada, y su cadáver fue encontrado en la bahía Vizcaína de Miami, en agosto de 2001.
Tras convertirse en sospechoso por la muerte de Good, Fernandes huyó a Brasil, que no tiene acuerdo de extradición con Estados Unidos, según la policía.
Muerte del asesino serial
En 2011, los investigadores fueron capaces de relacionar ADN encontrado en el cuerpo de Good con muestras halladas en los cadáveres de Dietz-Livesey y Demas, y retomaron la caza de Fernandes.
Después de enterarse de que Fernandes, un piloto con licencia, había muerto en un accidente de avión en 2005 mientras volaba de Brasil a Paraguay, los investigadores localizaron su tumba.
"Tuvimos que confirmar si la muerte era real o no", dijo el sargento Nikoli Trifonov. "La gente puede fingir su muerte, especialmente después de cometer un asesinato".
Sus restos fueron exhumados hace varios meses y las autoridades estadounidenses pudieron cotejar de forma concluyente su ADN con el de los tres asesinatos de Florida.