Una mujer acude al hospital por un dolor de espalda y le diagnostican cáncer en etapa 4
Cuando Colleen Farrell tenía 19 años le diagnosticaron colitis ulcerosa, una enfermedad inflamatoria intestinal que provoca diarrea y dolor en el abdomen. A sus 27, durante un examen de rutina, determinaron que era necesario extirpar el colon.
Pero siete años después, en 2014, comenzó a sentir un dolor que cambiaría su vida. Trabajaba como mesera en New York, Estados Unidos, y se inclinó para recoger una caja de botellas y percibió un dolor punzante en su espalda.
Como la sensación empeoró y no podía sentarse durante varios minutos seguidos, fue a un médico que tras varios ejercicios de estiramiento consideró que el dolor era atribuible a un músculo.
"Tienes cáncer"
Unos días después el dolor fue tan intenso que se levantó y manejó hasta el hospital, le realizaron unas pruebas y determinaron que tenía un absceso rectal, por lo que le practicaron una cirugía al siguiente día. El cirujano le indicó que el absceso era bastante grave, por lo que era posible que tuviera que volver.
Aproximadamente tres semanas después, cuando el dolor y la incomodidad comenzaron de nuevo, retornó al hospital para otro drenaje. Después de la cuarta vez, el médico le dijo que había encontrado un tumor que terminó siendo cáncer de recto en etapa cuatro.
Another unchanged scan ... #cancerthriver #grateful #lucky #cancer #irishstrong #ROC @WilmotCancer @DrR_DUNNE pic.twitter.com/bzlHKW9RK2
— Colleen Farrell (@farrellreports) August 24, 2020
“Cuando mi médico dijo: 'Tienes cáncer' recuerdo que me agarré de los brazos de la silla en la que me senté y me sentí como si me hubieran tirado hacia atrás. No estaba preparada en absoluto. Simplemente no puedes prepararte para eso. No me importa si es un lunar diminuto o un tumor cerebral gigante, simplemente nunca estás preparado para escuchar las palabras 'tienes cáncer'", se lee en el relato publicado por la revista Health.
El tumor era como una pelota
El tumor era del tamaño de una pelota de béisbol y presionaba varios órganos cercanos, incluida su vagina. Después de extirparlo, un cirujano plástico tendría que hacer una reconstrucción, por lo que bromeaba diciendo que tendría una "vagina de un millón de dólares" debido a esa enfermedad.
Luego Colleen fue sometida a tres rondas de quimioterapia que duraron aproximadamente dos años. Pasó cinco semanas recibiendo radiaciones, incluida en la pelvis, que le provocaron menopausia precoz.
Para la primavera de 2016, los médicos detectaron que el cáncer se había extendido a su hígado y pulmones. Para empeorar la situación, su madre falleció en abril, unos días antes de su cumpleaños.
Después de unas pruebas, su oncólogo le sugirió que probara la inmunoterapia, un tipo de tratamiento contra el cáncer que trabaja con el sistema inmunológico. El tratamiento funcionó tan bien que los tumores se redujeron, especialmente el rectal.
My oncologist scribbled this so I could research it after my cancer had metastasized and nothing was working. Immunotherapy was the new frontier. Blessedly, it’s kept things quiet and given me extra time. Can’t say enough about @DrR_DUNNE and @WilmotCancer pic.twitter.com/wbcnAL4Y6q
— Colleen Farrell (@farrellreports) February 22, 2021
Ahora Colleen tiene 40 años y dice que quitarle la oportunidad de ser madre fue lo más cruel que le hizo el cáncer.
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