Mató a su familia y vivió con los cuerpos en casa: El padre que se volvió en un monstruo
¿Qué pasó?
Detrás de lo que parecía ser una perfecta familia estadounidense, se escondía una dura realidad. Un hombre asesinó a su mujer y sus tres hijos, y vivió con los cuerpos durante semanas.
Anthony Todt parecía ser un padre ejemplar, amable kinesiólogo y buen vecino de un idílico pueblo del estado de Florida, pero tomó la drástica decisión de convertirse en el villano de su propia película de terror, quitándole la vida a toda su familia a fines del año 2019.
El asesino espera su juicio para septiembre, y asegura que es inocente.
Problemas económicos
Según señala el medio Infobae, los cambios en la personalidad del sujeto comenzaron tras verse envuelto en una serie de problemas económicos, que incluían delitos de fraude. De hecho, por ese motivo decidió mudarse junto a su esposa Megan y sus tres hijos desde el estado de Connecticut a Florida.
Las abultadas facturas en sus centros de kinesiología no se condecían con los registros que los investigadores habían conseguido. Anthony había estafado al Estado, a través de Medicaid, en unos 130 mil dólares.
El secreto de Anthony
Anthony Todt ocultaba un terrible secreto, que podría explicar el trastorno que lo llevó a cometer el crimen de su familia.
Hace cuarenta años, cuando era tan solo un niño, su padre Robert había sido condenado, en 1980, por querer asesinar a su mujer y la madre de Todt.
El hombre quería casarse con su amante y por ello pensó en matar a su esposa. Contrató a un sicario para cometer el crimen, pero no lograron concretarlo. La madre de Anthony quedó herida, sin embargo logró sobrevivir. Debido a este hecho, la pareja se separó y ella partió lejos junto a su hijo.
El crimen
A mediados de diciembre, Anthony y su familia no volvieron a verse por el barrio. Los vecinos comenzaron a extrañarse de que ya no salían de su casa. Pasaron semanas y sus familiares también se preocuparon.
Se llamó a la policía en varias ocasiones para que echaran un vistazo en el domicilio, pero solo llamaban a la puerta, sin entrar.
Un día, en enero, los policías subieron envueltos en un hedor insoportable. En el cuarto principal, bajo las mantas de la cama matrimonial encontraron los restos de su esposa Megan y sus tres hijos. De pronto apareció Anthony, quien fue detenido inmediatamente. El hombre había pasado semanas junto al cuerpo de su familia.
Aunque en un comienzo reconoció el hecho, luego cambió de versión, asegurando que la culpable del crimen había sido Megan y que después se había quitado la vida.
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