Dentista ofrecía tratamientos estéticos a pacientes y deformó sus rostros
Un escándalo envuelve a una odontóloga en Río de Janeiro, Brasil, que prometía rejuvenecimiento y embellecimiento a sus pacientes, pero que terminó dejando serios daños en los rostros de decenas de ellos.
Giselle Gomes promocionaba una serie de tratamientos como bichectomías, hilos tensores, botox, armonización orofacial, ácido hialurónico y hasta liposucciones a precios muy atractivos, reportan medios locales.
Las investigaciones arrojaron que Gomes usaba algunos subproductos, incluido el Polimetilmetacrilato, que no se indica para tratamientos estéticos. La policía civil precisó que han llegado 34 denuncias, pero el número se ha incrementado en las últimas semanas.
Usaba productos industriales
“Tenemos la noticia de un informe de una víctima que se sometió al procedimiento quirúrgico cuyo producto utilizado fue el hidrogel industrial, utilizado por industrias y agricultores en la fabricación de papel, envases de alimentos, fabricación de adhesivos y otros procesos industriales”, informó la delegada adjunta Natália Patrão.
Las víctimas coinciden en afirmar que Giselle posee un gran poder de persuasión. Muchas llegaron al consultorio ubicado en Campos dos Goytacazes para hacerse algún tratamiento específico, pero ella las convencía de agregar otras “mejoras”.
Las tres decenas de afectadas presentan deformidades en los labios, áreas hinchadas, bultos y dolores, según reposa en el expediente abierto contra la mujer, informó UOL.
La defensa de Gomes aseguró a la prensa que “pocos pacientes tuvieron alguna complicación en un universo de casi dos mil procedimientos" y que "los productos utilizados fueron informados a los pacientes”.
Víctimas deformes
Sin embargo, la abogada Andréa Paes, quien representa a 25 de las víctimas, expresó: "Al principio, ella es cariñosa, comprende el problema de la otra persona. Luego, realiza el procedimiento. Cuando la persona regresa para una revisión y se queja de algo, se convierte en una persona grosera, arrogante y burlona”.
Giselle no se dedicaba exclusivamente a la medicina estética. Era empleada del Ayuntamiento de Campos, tenía un empleo en el despacho de dos concejalas, fue invitada a dar clases a niños en São João da Barra, pero en 2018 comenzó a ausentarse de esos trabajos.
Camilla, una de las víctimas, dijo que todavía recibe terapia para recuperarse de los daños causados tras las intervenciones de Gomes hace dos años. “Salí de la oficina con una máscara. Estaba tan deformada que me daba vergüenza salir a la calle”, aseguró a UOL.
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