Serbia legalizará el matrimonio homosexual y contaría con el apoyo de la Iglesia
En Serbia, la primera ministra es abiertamente gay pero, como en muchas sociedades patriarcales de los Balcanes, con frecuencia la comunidad LGTB vive con miedo.
Ir de la mano en público es impensable para la mayoría de las parejas del mismo sexo. En una investigación publicada en 2020 por las oenegés de defensa de los derechos humanos IDEAS y GLIC, casi el 60% de las personas LGTB afirma haber sufrido violencia física o emocional en 12 meses.
"A los que están en contra de la ley, les digo 'si no les gustan las alianzas entre personas del mismo sexo, no vivan en una'", declaró Gordana Comic, la ministra de Derechos Humanos y de las Minorías.
Homosexuales son despreciados en Serbia
Incluso entre los jóvenes está bien visto despreciar a los homosexuales. Solo el 24% de los estudiantes de secundaria consultados para una investigación del comité de Helsinki afirma apoyar derechos LGTB como el de la adopción.
Sonja, una estudiante de 17 años que pide que no se mencione su apellido, dice que no conoce a nadie de su edad abiertamente homosexual y que "se ridiculiza o ataca" a quienes apoyan los derechos LGTB.
"La mayoría de los de mi clase piensan que está bien odiar a los gays, sobre todo a los chicos", agrega.
La iglesia lo "comprende"
La ley, cuya aprobación está prevista en primavera, otorgaría a las parejas homosexuales progresos en temas de herencia, seguro médico o compras inmobiliarias, pero no el derecho de adopción.
"Estamos lejos de la igualdad, pero es un paso adelante", afirmó a la AFP el activista Vladan Djukanovic.
Durante mucho tiempo la poderosa Iglesia ortodoxa serbia (SPC) ha influido en los temas LGTB y llegó a calificar el Orgullo de Belgrado de "marcha de la vergüenza". Pero la institución también parece evolucionar.
Su nuevo jefe, el patriarca Porfirije, se ha desmarcado del tradicional discurso discriminatorio declarando su empatía por la comunidad, pese a que la Iglesia no considera la unión entre homosexuales como matrimonio.
"Puedo entender a las personas con este tipo de orientación sexual, sus innumerables problemas administrativos, los desafíos y las presiones, y su necesidad de regularizar su situación", explicó recientemente.
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