A sus 101 años cumple su sueño y se convierte en influencer y catadora de vinos
María Cardoso, una mujer brasileña de 101 años, es la clara representación de que la edad no es impedimento para cumplir los sueños. Durante décadas buscó su independencia laboral y antes las pocas oportunidades de trabajo, decidó emprender con su propia iniciativa.
Pero antes de todo aquello, primero tenía que elaborar un documento imprescindible para ser contratada: un currículum vitae (CV). Experiencia tenía de sobra, pero no así la formación educacional para confeccionarlo por su propia cuenta.
Le pidió ayuda a sus familiares y fue a dejar el papel en distintas empresas, las que no la contrataban por su avanzada edad. Sin embargo, la ejecutiva de una compañía se conmovió ante las ganas de María y la felicitó, a pesar de no contratarla.
"Una lección de valentía"
“Doña María de 101 años, es una mujer empoderada, que le pidió a su bisnieta que me entregara su currículum porque quiere trabajar para no depender de nadie y comprar vinos. Una lección de valentía, fuerza e independencia para todas nosotras”, escribió Juliana Araujo, la directora de recursos humanos de un frigorífico de San Pablo, Brasil, en su red social.
Juliana difundió el CV a través de sus redes sociales y la conmovedora situación se viralizó: "Lo compartí porque fue algo que cambió mi día. Esta señora nos dio una lección sobre el empoderamiento femenino, dándonos esta clase”.
Cumplió su sueño
Un día, su situación se viralizó tanto que fue conocida por un empresario vinícola que cumplió el sueño de la anciana: "Nos contactaron, les contamos toda la historia y el dueño nos hizo una videollamada. Habló mucho con mi abuela y se enamoró de ella. Dijo que quería darle trabajo y le preguntó si quería ser catadora de vinos”, contó Pâmela Cristina Gomes, su bisnieta.
Y así fue cómo María se convirtió en influencer de un marca de vinos, algo que había soñado durante toda su vida. Hoy gana un sueldo mensual por crear contenido en redes sociales, como videos de ella probando vinos y dando su opinión sobre los distintos sabores que testea.
"Estoy feliz porque me están dando valor. Me dan ganas de llorar”, manifestó Doña María en un registro divulgado por su familia.