A sus 5 años lo secuestró la guerrilla y lo obligaron a asesinar a su amigo que intentó escapar
Solo tenía cinco años cuando la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Colombia, se lo arrebató a su familia.
"Me llevaron a mí, alzado, no me querían soltar y a cada rato me puse a llorar, para soltarme, y de ahí caminé con ellos. Ya estaba un poco cansado, me volvieron a abrazar y me llevaron cargado", recuerda JC, quien ahora tiene 21 años.
Todos sus recuerdos de infancia quedaron borrados por las vivencias al lado de la guerrilla. No supo nada más de sus padres, de su familia. Así lo contó a medios locales propósito del Día Internacional del Reclutamiento Forzado, el 12 de febrero de 2021.
Lo obligaron a matar
"Como a los 8 años me entregaron un revólver. Había un muchacho que se escapó, ellos llegaron ahí, me cogieron de una y me llevaron", recuerda.
"Me dijeron: 'mate a Jhonatan' y me entregaron el arma. Mi amigo estaba arrodillado, me dijeron que le acabara la vida; el comandante, que estaba conmigo, me agarró las manos y con el arma le dispararon", relató.
Pero no ha sido el único niño llevado cometer crímenes por los grupos violentos que todavía hacen vida en Colombia. Un informe de Noticias Caracol cita registros recientes del gobierno nacional, según los cuales, en los últimos tres años “se han reclutado un poco más de 280 niños en todo el país”.
Esta realidad desborda incluso los acuerdos de paz firmados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), donde se establece el cese de estas actividades violatorias de los derechos fundamentales de los niños. Se conoció que la mayoría de las víctimas de los reclutamientos forzados son menores entre los 11 y los 18 años.
Los niños tomados por estas fuerzas violentas son utilizados como esclavos sexuales, cocineros, ayudantes o para cometer crímenes.
"Desde los cinco años, hasta ahorita que tengo 21, no sé nada de mi familia. Mejor dicho, aquí estoy solo, desde ese tiempo no sé absolutamente nada de ellos", manifestó el joven que decidió cambiar las armas por otro destino. Ahora dedicado a reparar bicicletas como un intento por abandonar los horrores del pasado.
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