Niño de 11 años reveló nombre de su asesino antes de morir tras brutal matanza familiar
"¡Hay sangre por todas partes!". Esta es parte de la llamada de auxilio recibida a través del teléfono de emergencia 911, que generó el arribo de la policía a un hogar enclavado en Minneapolis (EE.UU.) y que dejó al descubierto una macabra escena: Una familia había sido acribillada a tiros.
En la residencia ubicada en Jessie Street en St. Paul se encontraron sin vida una madre identificada como D’Zondria Wallace (30 años) y su hija La'Porsha (14), mientras que el otro hijo, de tan sólo 11 años estaba moribundo producto de los impactos.
El menor llamado Ja'Corbie seguía con vida tratando de resistir las graves heridas en su espalda y en medio de su agonía logró pronunciar el nombre del asesino: Keith, apuntando al actual novio de su mamá.
Ante la situación, el niño fue trasladado de urgencia a un hospital, pero tres horas más tarde se confirmó su deceso.
Brutal matanza familiar
La macabra situación generó las diligencias de la policía para dar con el paradero del asesino, mientras que la autopsia reveló las implicancias del mortal ataque.
El informe reveló que su expareja D’Zondria recibió dos disparos, su hija La’Porsha presentaba 10 heridas de bala, mientras que y Ja’Corbie murió tras cinco estocadas.
Además, la familia reveló a WCCO que la mujer estaba embarazada de dos meses cuando se suscitó el crimen.
Así en medio de las diligencias, una cámara de seguridad ayudó a dar con el inculpado, quien fue capturado por agentes especiales. Se trataba del hombre que el niño apunto: Tekeith Jones, de 26 años.
“Demonios, sí, los salvé”
En dos ocasiones, el acusado negó haber matado a la familia, pero finalmente admitió los asesinatos. En su declaración revelada por medios locales, el hombre sostuvo que "no soy un monstruo y los besé a todos" tras el crimen y que "solo estaba tratando de romper el ciclo y no quería que sintieran el dolor que él sentía".
Esto último porque Jones adujo que estaba "atravesando una experiencia de vida que no comprendía" y que no quería que ellos vivieran.
Todo lo cerró argumentando que "demonios, sí, los salvé. Pueden subir allí y ser santos".
Ante la situación, Tekeith Jones, de 26 años fue imputado por triple asesinato en segundo grado.
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