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La sangre de San Genaro no se licua y en Nápoles temen un mal augurio para la ciudad y el mundo

  • Por Meganoticias

Tres veces al año la catedral de Nápoles expone la reliquia que contiene la sangre solidificada de San Genaro, el santo patrono de esa ciudad del sur de Italia, para que los fieles sean testigos del "milagro" de la licuefacción.

La tradición que se remonta al 16 de diciembre de 1631 cuando los napolitanos se encomendaron al santo para que salvara a la ciudad de ser destruida por la lava de una erupción del volcán Vesubio.

Es así entonces cada primer domingo de mayo, cada 19 de septiembre (día del santo) y cada 16 de diciembre, en memoria de la protección de la ciudad, el relicario se expone y se produce el fenómeno. Pero este año no se produjo.

Mal augurio

El pasado miércoles 16 de diciembre la sangre de San Genaro no se licuó, lo que para los napolitanos significa nada más ni nada menos que un mal augurio para la ciudad o el mundo. 

Según la tradición, el fenómeno no se produjo en 1939 y al poco tiempo después la Alemania nazi inició la Segunda Guerra Mundial, o cuando no ocurrió en 1980, el terremoto de Irpinia dejó casi 3.000 fallecidos en la ciudad.

Según detalla Infobae, el diario Il Mattino fue drástico y tituló su portada con un: "Nápoles tiene miedo". El antropólogo y divulgador científico Marino Niola dijo al mismo periódico que "San Genaro, el Maradona de los santos ha fallado un penalti".

"Sé perfectamente que puede aparecer difícil para los observadores externos comprender una devoción tan incondicionada: aquí (el milagro de San Genaro) se trata de un símbolo, de un punto de referencia, de un puerto seguro para cada habitante de la ciudad", añadió Niola.

A pesar del temor por la no ocurrencia del "milagro", algunos creen que lo peor ya pasó, y lo relacionan con la muerte de Diego Maradona, el otro ídolo de la ciudad, en noviembre pasado, o con los devastadores efectos que ha tenido la pandemia de coronavirus en Italia y Nápoles, especialmente durante la segunda ola.

Si bien es una tradición y superstición, para los napolitanos es cosa seria y significaría una nueva mala noticia dentro de todas las que ya ha dejado este 2020.

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