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"Me decían comeniños": Salvadoreña fue condenada a 40 años de prisión por aborto espontáneo

  • Por Reina Pereira

"En El Salvador no tenemos derecho al aborto, ni cuando nuestra vida corre peligro ni cuando el niño viene con mal formación o cuando es producto de una violación. En El Salvador nos están torturando y nos están matando", fueron las crudas palabras de María Teresa Rivera para Amnistía Internacional Irlanda.

La mujer tiene 36 años y fue condenada a cuatro décadas de prisión por haber tenido un aborto espontáneo en el país centroamericano, cuando ni siquiera sabía que estaba embarazada. Actualmente, es una defensora de Derechos Humanos de la mujer.

Infancia difícil

A los 5 años de edad, María Teresa quedó huérfana de madre y, con respecto a su padre, nunca supo de él. A esa edad tuvo que hacerse cargo de su hermano menor (2 años).  "Mi mamá desapareció durante la guerra. Nos fuimos a vivir con mis tías, que nos explotaban. Teníamos que ir a vender verduras al mercado para llevar dinero", relató al diario El País.

A pesar de las dificultades, Rivera quiso seguir en la escuela y algún día graduarse. Por esto, comenzó a estudiar de noche y en una de sus llegadas nocturnas a casa, sus vecinos abusaron sexualmente de ella marcando su primer golpe en la vida.

"Mis tías me echaron la culpa a mí: que me había pasado por desobediente. Y jamás me dejaron llamar a la policía", relató sobre el episodio. Luego de un año, su madrina la llevó a una casa de acogida de la ONG Aldeas Infantiles. Allí estuvo hasta los 18 años de edad.

Violencia intrafamiliar

Luego de independizarse, comenzó a trabajar y a los 22 años conoció a su primer amor. Al poco tiempo quedó embarazada y todo comenzó a complicarse: "Empezó el maltrato psicológico y verbal, los golpes. De todo".

Con el tiempo, los maltratos iban incrementando y tomó una importante decisión: Separarse de su pareja. Se fue a vivir con su bebé de cuatro meses y su suegra, que la animó a rehacer su vida. Tiempo después, conoció a una nueva persona, pero su relación no salió como quería, de hecho, dejó la huella más imborrable de su vida. 

Aborto espontáneo

"Nunca supe que estaba embarazada hasta la madrugada del 24 de noviembre de 2011". Solo recuerda un fuerte dolor abdominal y haber ido al baño en medio de la oscuridad -no tenían luz- pero vio que había mucha sangre. "Me desmayé y cuando desperté en el hospital estaba esposada. Los policías y  doctores me decían que era una asesina, que había matado a mi hijo".

Al día siguiente la trasladaron a la cárcel de detención preventiva. Allí pasó cinco días hasta que se celebró la primera audiencia ante un juez donde la acusaban de homicidio. "¿Con qué cortaste el cordón umbilical?", le preguntó el magistrado. "Yo no he cortado nada", contestó.

Durante el juicio, ella pidió que la examinaran para comprobar que no se había tomado ni introducido nada para provocar el aborto que acababa de sufrir y así poder quedar en libertad, pero esto nunca fue posible.

Aborto: ILEGAL 

En El Salvador, la ley del aborto es muy dura y estricta. Para comprenderlo debemos entrar un poco en contexto. Desde siempre ha sido un delito penado con cárcel. Sin embargo, el sistema jurídico del país había contemplado atenuantes en base a un anteproyecto elaborado en 1960 por importantes juristas nacionales.

Foto AFP

Sin embargo, en lo que respecta al Código Penal actual, que entró en vigencia en el año 1998, se estableció un sistema apegado al modelo de “protección absoluta”:

  • En este código se dejó sin modificaciones el aborto culposo (producido por un accidente o conducta que no tenía intención de provocarlo, como un accidente de auto) y el tentado (un intento de aborto que no es exitoso).
  • Se criminalizó el aborto terapéutico (realizado para salvar la vida de la embarazada), criminológico (realizado cuando el embarazo es producto de violación) y el eugenésico realizado cuando el feto tiene graves malformaciones –actualmente se refiere a casos en los que no sobrevivirá fuera del útero).
  • Se eliminaron aquellas disposiciones en las que se atendían los derechos de la mujer o niña embarazada.
  • En la Constitución de El Salvador se reconoce la vida "desde el momento de la concepción", por lo que un aborto es considerado un homicidio

Para este tipo de delito, las penas van de entre 30 y 50 años de cárcel por ser considerado un homicidio agravado.

"Comenzó la pesadilla"

En la cárcel compartía celda con otras 16 mujeres que habían sido declaradas culpables por abortos iguales al de ella. 

"No oculté por qué estaba ahí y me llamaban 'asesina, comeniños'. La comida era mala y no nos daban casi agua, solo dos botellas para beber y bañarnos cada día, algunos no nos daban y nos decían que no teníamos derechos", relató. 

"Era una triple tortura: primero la separación de mi hijo, también la pérdida del otro y tener que aguantar ese trato". Rivera se sentía muy sola y solo pensaba en volver a estar con su pequeño, a quien solo vio dos veces durante los 4 años y medio que duró dentro de la cárcel. 

Luego de haber sido condenada, María Teresa contacto a la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador, una de las ONG que apoyó al grupo de 17 presas en Ilopango (ver historia) por haber abortado y fue entonces cuando pudo ver nuevamente la libertad.

Asilo en Suecia

Desde 2016 María Teresa y su hijo se encuentran viviendo en Suecia y está dedicada a sus estudios como enfermera. Además, es una defensora de Derechos Humanos de la mujer que trabaja por el derecho al aborto.

"Muchos me preguntan por qué apoyo el aborto... Porque soy mujer y somos dueñas de nuestro cuerpo, les respondo". 

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