"¡Lo tenemos!": Presunto asesino de un niño fue encontrado 20 años después del crimen
El caso. Nicky Verstappen, de 11 años, desapareció la noche del 9 de agosto de 1998 en un campamento de verano en la provincia de Limburg, en el sur de Holanda. Su cuerpo, que había sido agredido sexualmente antes de su asesinato, fue descubierto al día siguiente por la tarde en un pinar cercano al campamento.
El sospechoso. Se trata del holandés Joseph Brech, quien trabajaba como monitor en el campamento donde ocurrió el crimen. El hombre fue encontrado "cuando salió a cortar leña" en una zona montañosa en Castellterçol, un municipio a 50 km de Barcelona, España.
Cómo lo encontraron. La policía holandesa desplegó la mayor búsqueda de ADN jamás efectuada en ese país, llevada a cabo en febrero con 21.500 hombres de entre 18 y 75 años, la que desvió la atención en este hombre originario de Simpelveld, un pequeño pueblo del sur de Holanda.
Interrogado al principio de la investigación como testigo, Brech no participó en las pruebas de ADN, lo que despertó las sospechas de los investigadores.
Los recelos aumentaron cuando su familia alertó de su desaparición en abril después de haber dicho que iba a hacer una caminata por la montaña.
La policía anunció la semana anterior que había conseguido establecer una correspondencia directa entre el ADN de Brech tomado en una casa de montaña que tenía en Francia y el hallado sobre el cuerpo de Nicky Verstappen.
"¡Lo tenemos! ¡Jos Brech fue detenido en España cerca Barcelona!", exclamó Peter R. de Vries, periodista y portavoz de la familia del joven asesinado.
La familia del niño. La madre del niño, Berthie Verstappen, expresó su alivio en la televisión pública holandesa NOS. "No nos esperábamos que (la detención) fuera tan rápida. Teníamos miedo de que se escondiera tan bien que no lo encontraran hasta dentro de varios meses", declaró. "Nos gustaría obtener respuestas" aunque "tenemos miedo de saber lo que pasó", añadió.
El proceso que viene ahora. Joseph Brech aceptó ser extraditado a Holanda y aguardará su entrega en prisión provisional y sin fianza ante el riesgo de fuga, toda vez que los delitos que se le imputan pueden acarrearle una pena de cadena perpetua.