¿Sientes que tienes mal olor? Esto podría estar pasando en tu cuerpo
Si cada vez que realizas una acción cotidiana sientes un olor poco agradable que emana de tu cuerpo y que se intensifica con el paso de los días, será mejor prestarle atención, especialmente cuando el hedor proviene de determinadas zonas corporales.
Es posible que debas acudir al médico para encontrar una solución, ya que una ducha no será suficiente para controlar una fetidez que puede estar siendo ocasionada por bacterias.
¿Qué podría estar pasando en mi cuerpo?
Cada área corporal tiene sus propias características, así que el mal olor que brota de los pies podría tener una explicación diferente a lo que sucede en las axilas, por ejemplo.
A continuación, revisa cuáles son los aromas desagradables del cuerpo más comunes y las zonas que podrían experimentar esta incomodidad:
Mal aliento
Si por las mañanas te despiertas con un mal sabor en la boca, no hay de qué preocuparse. Eso se debe a una disminución en la producción de saliva durante la noche o mientras dormimos. Según señala el sitio web Medicine Net, este líquido bucal "ayuda a eliminar las bacterias que provocan los olores".
"El aliento también puede oler mal cuando tienes hambre o estás deshidratado. Esto se debe a que masticar le indica al cuerpo que produzca saliva. No beber suficiente agua ralentiza el proceso (de producción)", asegura la plataforma.
Sin embargo, si el mal aliento se extiende a lo largo del día, entonces es motivo de preocupación. Dicha incomodidad puede derivar del síndrome de Sjogren —que básicamente consiste en un trastorno en el que se destruyen las glándulas que producen saliva—, de un mal lavado de dientes y la consecuente acumulación de sarro e, incluso, de la diabetes.
Axilas
Otra zona que suele experimentar fragancias poco agradables son las axilas. Algo que se debe tener en cuenta es que el sudor es inodoro (no posee olor), pero cuando entra en contacto con microorganismos de la piel, adquiere un aroma similar al de la cebolla.
Esta situación puede solucionarse mediante un desodorante o antitranspirante. Hay productos en el mercado chileno que cumplen ambas funciones: controlar el olor y la transpiración.
Eso sí, hay que prestar atención cuando existe una sudoración excesiva, lo que se conoce médicamente como hiperhidrosis. Este diagnóstico puede afectar la frecuencia de episodios de malos olores, ya sea en las axilas u otras zonas que expelen sudor.
Pies
Los pies también son una parte de nuestro cuerpo que, tradicionalmente, se caracteriza por un distinguido aroma. La casi nula aireación que reciben, el sudor que producen, el tipo de tela del calcetín que los viste y el uso diario de un mismo calzado influyen en la fragancia incómoda que producen.
Muchas veces, la solución suele ser la misma: lavarlos con jabón antibacteriano y secarlos —evitando así la aparición de hongos entre los dedos, por ejemplo— u ocupar talco antitranspirante.
También es buena idea dejar los zapatos para que se sequen o rociarlos con desinfectante.
Orina con mal olor
Generalmente, la orina no tiene olor, pero "si hueles amoníaco con frecuencia, es señal de que necesitas beber más agua", indica el sitio web especializado. El color del pis también es reflejo del consumo de líquido: si está muy amarillo, lo recomendable es tomar agua.
Si es que está con un mal hedor, probablemente sea por una infección urinaria, una inflamación en la vejiga o por una diabetes tipo 2.
Orejas
Las orejas son una fuente poco convencional de pestilencias, pero no se salvan de esta incomodidad. Si el cerumen está acompañado de un mal olor, las razones serían una infección o la presencia de un agente externo en la vía auditiva, el que probablemente esté podrido. Esto último suele ocurrirle principalmente a los niños.
Ombligo
El ombligo es otra particular zona de aromas desagradables. Según Medicine Net, hay estudios que aseguran que en él están depositadas hasta 70 tipos de microorganismos y que cuando existe hediondez, esta puede ser ocasionada por infecciones, un piercing, por ejemplo.
Pene y vagina
Por último, de los aparatos reproductores también brotan olores que no son propicios para los momentos de intimidad.
En el caso de los hombres, en el prepucio y glande del pene quedan células muertas y líquidos —como restos de orina—. Toda esta acumulación genera una capa blanca maloliente que se llama esmegma, la que se puede retirar durante una ducha. Las infecciones urinarias también pueden generar pestilencias.
Mientras que en las mujeres, factores como la menstruación (sangre, toallita higiénicas o tampones) y el sudor influyen en el hedor. Si además de un aroma incómodo hay picazón, ardor o secreción de líquido, una infección bacteriana sería la causa más segura.