Ecoansiedad: el trastorno que surgió a raíz del cambio climático y que afecta a los más jóvenes

Una de las mayores amenazas para la salud mundial del siglo XXI es el cambio climático, una realidad con la que tendrán que convivir día a día las nuevas generaciones. De hecho, Chile se convirtió en el primer país de Latinoamérica en alcanzar el sobregiro ecológico. Es decir, acabamos los recursos naturales que debían alcanzar para vivir todo 2023 en equilibrio con la biodiversidad.

Este prejuicio al medio ambiente, explica el psiquiatra de Clínica Las Condes, Robert Valiente, “genera angustia e incertidumbre por el futuro. Como consecuencia somos víctimas de un nuevo fenómeno denominado ansiedad ecológica o ecoansiedad, la cual afecta principalmente a las personas jóvenes entre 16 y 25 años, que se preocupan por su futuro y el de las próximas generaciones, dado que es la población más consciente y sensible a los temas medioambientales”.

Emociones que se agudizan sobre todo cuando hay evidencias o noticias que muestran cómo el planeta se está destruyendo. Una suerte de cuenta regresiva para el medio ambiente que despierta ciertas emociones que se engloban dentro de lo que comúnmente se conoce como ansiedad.

En la misma línea, el psiquiatra agregó que “el fatalismo, la desesperanza y el miedo se vinculan a este trastorno por lo que es importante comprender, medir y tratar la ansiedad climática. Los pacientes suelen manifestar impotencia de no poder hacer mucho al respecto. Y, una vez que las cosas se escapan de mi control, empiezo a sentir un agobio o desesperación. Y eso es lo que se debe corregir”.

Tal como otros padecimientos ansiosos, la ecoansiedad se expresa a través de distintos síntomas tales como:

• Preocupación excesiva en el futuro del planeta.
• Obsesión con el futuro y destrucción del planeta.
• Trastornos del sueño o apetito.
• Síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, sensación de pecho y garganta apretados.

Al ser un problemática presente en la actualidad donde está comprometida la percepción sobre el futuro, el psiquiatra CLC Robert Valiente, propone que “los padres y grupo familiar deben dirigir sus esfuerzos en la búsqueda de alternativas que lleven a paliar el impacto de esta crisis, participando en actividades que contribuyan a mejorar el ecosistema como, por ejemplo, ahorrar energía apagando luces, desconectando aparatos electrónicos, utilizar ampolletas led o de bajo consumo, reciclar productos usados, reducir y reutilizar el agua, utilizar trasporte público o uso de bicicleta, entre otros”.

La idea, es pasar de la preocupación (que genera la ansiedad) a la ocupación, aclara el especialista. Finalmente, la recomendación es consultar a un médico experto en salud mental cuando los síntomas de la ecoansiedad ya no permitan a la persona rendir de manera correcta –social, escolar o laboralmente- o incluso, si se ha comenzado a abusar de sustancias para evadir la sensación de ansiedad.