Esta es la razón por la que nunca debes guardar las papas junto a las cebollas
La forma en que almacenamos los alimentos en el hogar es más importante de lo que se cree, ya que dejarlos en el lugar correcto evitará que al prepararlos produzcan problemas de salud, que pierdan su sabor o que se deterioren más rápido.
Para cumplir con estos objetivos existen ciertas recomendaciones. Los expertos han señalado qué alimentos se deben lavar antes de cocinar, cuáles no se deben congelar y cuáles no conviene guardar juntos.
Respecto a este último punto, uno de los ejemplos indica que nunca se debería colocar las papas y las cebollas juntas en la despensa. Aunque esta combinación es responsable de platos deliciosos, deben almacenarse de manera separada.
¿Qué pasa si las dejo en la misma despensa?
Entonces la pregunta es: ¿qué ocurre si las guardo juntas? Resulta que estos vegetales tienen características propias que las hacen incompatibles para conservarse juntas de manera adecuada.
En el caso de la papa, esta desprende de manera natural un gas llamado etileno, un compuesto químico orgánico encargado de acelerar el proceso de maduración y que permite que obtengan una textura más blanda.
Según el portal La Vanguardia, dicho gas es clave para que las verduras y hortalizas alcancen su punto idóneo, sin embargo, este puede convertirse en un inconveniente. Cuando la papa presenta cortes y su piel comienza a arrugarse, aumenta la emisión, provocando que la cebolla se deteriore antes.
Asimismo, aumentaría el riesgo de que aparezca moho en la cebolla, un hongo microscópico que aprovecha la humedad para desarrollarse y crecer sobre distintos alimentos.
En este sentido, la recomendación es que las papas y las cebollas se guarden sí o sí por separado en una zona fresca, seca, oscura y aireada. Las papas es mejor no dejarlas en el refrigerador, ya que las temperaturas bajas pueden alterar su textura, sabor y color.
En tanto, las cebollas requieren de buena ventilación, por lo que no deben colocarse en bolsas de plástico o mallas. También es importante procurar no dejarlas en contacto con otros alimentos que produzcan altas cantidades de etileno, como los tomates, las manzanas, las frutillas, paltas, entre otros.
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