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¿Comer de noche engorda? Estudio muestra cómo influye en el peso el momento del día en que nos alimentamos

Una de las creencias más persistentes y analizadas sobre el estrecho vínculo entre la alimentación y el sueño, es la que señala que comer de noche engorda.

Un reciente estudio científico comparó a personas que comieron los mismos alimentos, pero a diferentes horas del día, para comprobar esta teoría. La pregunta a responder fue: "¿Importa la hora a la que comemos si todo lo demás se mantiene constante?".

La respuesta

Según explicó la autora principal, Nina Vujovic,investigadora de la División de Trastornos Circadianos y del Sueño del Hospital Brigham and Women's de Boston, la respuesta es afirmativa.

La experta precisó que "descubrimos que comer cuatro horas más tarde supone una diferencia significativa para nuestros niveles de hambre, la forma en que quemamos calorías después de comer y la forma en que almacenamos grasa".

Además, este hábito "repercute en las hormonas y también cambia la expresión de los genes, sobre todo en lo que respecta al metabolismo de las grasas, con tendencia a una menor descomposición de las mismas y a una mayor acumulación".

 

Unsplash.
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El estudio

En detalle, el estudio fue pequeño. Solo contó con 16 personas con sobrepeso u obesidad, pero se planificó cuidadosamente para eliminar otras posibles causas de aumento de peso.

Frank Scheer, otro de los autores principales, dijo que se reguló la cantidad, la composición y el horario de las comidas, la actividad física, el sueño, la temperatura ambiente y la exposición a la luz. Los participantes gozaban de buena salud y no tenían enfermedades de base que pudieran afectar su ritmo circadiano.

El grupo se dividió en dos. Uno de ellos consumió comidas con calorías controladas en tres horarios específicos, mientras que el otro consumió las mismas comidas, pero cuatro horas más tarde. Después de una semana, los participantes invirtieron el procedimiento.

Los expertos midieron el hambre y el apetito varias veces en el día, además de hacer pruebas de grasa corporal, temperatura y gasto energético. A partir de los resultados, se pudo establecer que las ganas de comer se duplicaron para los que seguían un régimen de comidas nocturnas. 

"La novedad es que nuestros resultados muestran que comer tarde genera un aumento de la proporción de grelina (horma que despierta el apetito) y leptina (hormona que indica cuando nos sentimos llenos) en el ciclo completo de sueño y vigilia de 24 horas", afirma Scheer. 

 

Pexels.
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Por otra parte, los participantes que comían más tarde quemaban calorías a un ritmo más lento que cuando comían a horas más tempranas.

En cuanto a los análisis de grasa corporal, se detectaron cambios en los genes que influyen en el modo en que se quema o almacena la grasa, los cuales "favorecerían el crecimiento del tejido adiposo mediante la formación de más células grasas, así como el aumento del almacenamiento de grasa", dijo Scheer.

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