Hongos alucinógenos podrían ayudar a disminuir consumo de alcohol en bebedores compulsivos, según sugiere estudio
Científicos estadounidenses publicaron los resultados del primer estudio que examinó el efecto de sustancias psicodélicas en el tratamiento del consumo problemático de alcohol. Sus resultados permiten abrir nuevas puertas de investigación a la terapia para las personas que sufren de alcoholismo.
Históricamente, diferentes sustancias alucinógenas se han utilizado para tratar una variedad de enfermedades o condiciones. Ciertos trabajos han demostrado sus efectos positivos en personas con jaquecas y depresión, entre otros.
En este caso, los investigadores usaron psilocibinas, un compuesto químico alucinógeno que se encuentra en la naturaleza en más de 180 especies diferentes de hongos o champiñones. Esta es una sustancia con efectos similares a los del LSD y que es clasificada como ilegal en la mayoría de los países del mundo.
¿Funcionaron los alucinógenos?
Para esta investigación se reclutaron 95 voluntarios de entre 25 y 65 años de edad, diagnosticados con dependencia al alcohol, según el manual de diagnóstico DSM-IV, y que consumían más de 4 bebidas al día por al menos 4 días de la semana.
Del total de voluntarios, 49 de ellos recibieron dos dosis de psilocibinas en dos sesiones diferentes, separadas por un mes. Además, todos los participantes tuvieron 12 sesiones de terapia cognitiva, para poder complementar su tratamiento.
Al finalizar el experimento, que se sostuvo por 8 meses, el 48% de los pacientes a los que se les administraron los psicodélicos dejaron de beber por completo. Si bien, todos los participantes redujeron su ingesta de alcohol, este número dobla los resultados exitosos entre quienes recibieron el placebo.
Pero uno de los problemas a los que se enfrentaron los investigadores, fue que los pacientes notaron inmediatamente si es que recibían los alucinógenos o el placebo, por lo que sus resultados podrían estar condicionados.
¿Qué dicen los participantes?
"Yo digo que salvó mi vida", contó Jon Kostas, una de las personas que recibió psilocibina, en una conferencia de prensa. El joven de 32 años ingresó al experimento cuando tenía 25 para intentar mejorar de una dependencia, por la que asistió a su primera reunión en Alcohólicos Anónimos cuando solo tenía 16 años.
En el caso de Mary Beth (69), quién tomaba al menos 5 bebidas todas las tardes antes de enrolarse en la investigación, la terapia "hizo que el alcohol dejara de ser interesante y lo volvió irrelevante", explicó la mujer que comenzó el tratamiento en 2018.
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