Hallan cochayuyo en la Antártica: ¿Por qué es peligroso que esta alga marina llegue a la zona austral?
En los últimos años, investigadores de distintos lugares del mundo han notado la presencia de cochayuyo en la Antártica, un hallazgo que, lejos de lo inofensivo que suena, podría significar un peligro para algunas especies de la fauna local.
El descubrimiento
Según el medio ITV Patagonia, fue en 2018 cuando se tomó conocimiento de una realidad que años después se haría cada vez más habitual. En esa oportunidad, un ejemplar de cochayuyo fue encontrado por el investigador de la Universidad de Chile, Erasmo Macaya Horta, transformándose en un descubrimiento de carácter internacional.
Hasta ese entonces, el marco teórico indicaba que la distribución geográfica de esa alga marina solo alcanzaba la zona subantártica, pero cuatro años después se descubrió que su presencia ha sido constante.
De acuerdo al citado medio, una nueva investigación publicada en la revista Current Biology reveló que, el año 2019, se detectaron 25 nuevas muestras en el continente blanco.
El estudio, encabezado por investigadores de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), llevó a cabo diversos análisis genómicos de algas que llegaron arrastradas por corrientes oceanográficas a la Antártica, Nueva Zelanda, Tasmania y la Isla Macquarie (Australia), evidenciando que el ADN de estas especies ha permitido corroborar lo interconectadas que están las comunidades costeras del océano Austral.
Peligro para la fauna
"Los trozos encontrados en el 2018 derribaron el mito de que la Antártica era un continente aislado en términos biológicos", señaló el Dr. Macaya, también académico de la Universidad de Concepción (UdeC) y coautor del trabajo.
"El análisis de casi 30 muestras de algas marinas que llegaron al territorio austral, solo este año, demuestra que estos viajes son mucho más frecuentes de lo que se pensaba. No son eventos fortuitos”, agregó.
Por otro lado, el Dr. Miguel Pardo, director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias de la UACh y coautor del estudio, alertó que "la fauna asociada a estas especies son potenciales invasores de la comunidad antártica".
En tanto, la Dra. Ceridwen Fraser, investigadora del Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Otago y autora del trabajo, indicó que "tal vez debemos alejarnos de la idea de que la conservación se trata de mantener el statu quo y debemos enfocarnos en gestionar el cambio para maximizar la biodiversidad y los resultados del ecosistema".
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