Creció 5 centímetros: Estas fueron las secuelas que sufrió un astronauta tras un año en el espacio
En 2016 el astronauta estadounidense Scott Kelly regresó a la Tierra luego de pasar un año en el espacio. Mientras Scott investigaba los misterios del universo y el futuro de la ciencia espacial, su hermano gemelo, Mark, continuaba con su vida en el estado de Arizona.
La estadía de Kelly en la Estación Espacial Internacional permitió redactar uno de los trabajos más extensivos sobre los efectos de la microgravedad y el viaje espacial en el cuerpo humano. Es que durante este tiempo, el astronauta tuvo que recoger muestras de heces, orina y sangre, para poder contrastar la información con su estado de salud antes de dejar el planeta.
¿Cómo cambió el astronauta?
Durante este periodo, el astronauta sufrió una serie de cambios, desde lo más profundo a lo más externo. Ciertos genes tuvieron diferencias, ya que se les añadió información o perdieron algunas señales.
Otros cambios físicos que se pudieron evidenciar en Scott, fueron:
- Debilidad en los huesos, como durante un año no caminó, sus caderas se debilitaron.
- Debilidad muscular. La falta de uso de los músculos, resultado de pasar un año flotando, inició un proceso de atrofia que podría haber producido mayores accidentes.
- Se achicó su corazón.
- Problemas de equilibrio. Su oído medio, sensible a la gravedad, no pudo funcionar correctamente durante un año. Una vez que regresó a la Tierra, presentó problemas para ponerse de pie, caminar o incluso para darse vuelta si es que alguien le hablaba.
- Su cuerpo se alargó 5 centímetros. Debido a que la espina no tiene la compresión generada por la gravedad, esta se alarga y los astronautas regresan más altos.
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