Desengrasantes naturales: Estas son las alternativas caseras para limpiar las superficies y enseres
La grasa es una de las sustancias más incómodas, pegajosas y difíciles de quitar tras su instauración en los espacios del hogar. Los desengrasantes naturales son una alternativa saludable y económica para recuperar la limpieza.
En el mercado existen muchas alternativas comerciales, pero algunas son perjudiciales para el medio ambiente y tienen elevados precios. Al ser este un producto de uso común, a la larga es posible gastar cantidades significativas en su compra.
Además, estas sustancias suelen estar llenas de químicos fuertes que desprenden olores intensos y llegan a irritar la piel por la agresividad de su composición, según confirma el portal de bienestar MejorConSalud.
Estos son los desengrasantes naturales básicos
Con algunos ingredientes que se encuentran en la despensa, es posible desprender los residuos de grasa que se incrustan en los alrededores del hogar, como estufas, neveras y espacios de acceso reducido.
Una de las primeras opciones para los desengrasantes naturales es el limón, que es un limpiador orgánico. Si se mezcla con vinagre blanco, se puede aplicar en la superficie y secar después con suavidad. Esta preparación se guarda bien tapada, detalla el portal OkDiario.
El bicarbonato de sodio no sólo sirve para cuidar las plantas del jardín. Si se mezcla con agua caliente, dos tapas de vinagre y una pizca de amoniaco puede eliminar hasta el aceite más incrustado, gracias a sus propiedades alcalinas.
Hay numerosas opciones para el hogar
El carbonato de sodio es una opción menos conocida y más alcalina, pero funciona para crear otro de los desengrasantes natuales más potentes. De acuerdo al portal especializado CuerpoMente, esta sal biodegradable absorbe el aceite de hornos, extractores, sartenes y bandejas.
Otra de las alternativas es el vinagre, que con su acidez permite limpiar las superficies de cocina, en materiales como metal y vidrio. A pesar de que el olor no se impregna en el hogar, hay quienes lo diluyen en agua o usan aceites para disimularlo.
Contrario a lo que muchos se imaginan, las cenizas de la chimenea también ayudan, por su contenido de potasa. Para ver sus efectos, que no son antibacterianos, hay que poner en remojo las ollas con varias cucharadas de cenizas por media hora y después enjuagar.
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