Por qué deberías cambiar la forma en que comes los frutos secos
Los frutos secos pueden ser tu snack favorito. Son fáciles de conseguir, casi todas las tiendas de comida tienen; cómodos de transportar, si es que te gusta llevarlos de la casa, y puedes picotear cuando quieras sin arriesgar ensuciar todo.
Además, estos alimentos tienen un increíble aporte nutricional, con vitaminas, minerales e incluso proteínas que aportan a la nutrición diaria.
Por lo demás, incluso han sudo asociados a ciertos beneficios de salud que se pueden obtener con el consumo regular de nueces, almendras u otros frutos secos.
¿Cómo se deben consumir?
Pero para poder obtener todos estos beneficios, no se debería llegar y comer de la fuente o el paquete, al menos no todos los días.
Se recomienda activar los frutos secos, al igual como se hace con las legumbres, se logra al remojarlos en bastante agua. Los tiempos dependerán del fruto que se quiera consumir, mientras más duro y seco, más tiempo debería pasar.
Por ejemplo, las almendras pueden pasar entre 8 y 12 horas en agua, pero las castañas de cajú tienen un interior más blando, por lo que deberían pasar menos tiempo.
Si es que no se van a consumir de inmediato, se pueden guardar en un recipiente hermético, con papel absorbente para evitar que acumulen mucha humedad.
¿Por qué se deben activar?
Una vez remojadas, se alcanzaría el mayor potencial de beneficios. Es que al igual que las legumbres, los frutos secos contienen antinutrientes que inhiben que nuestro cuerpo sea capaz de absorber todas las vitaminas y minerales que aportan.
Luego de pasar un periodo de tiempo en agua, la mayor cantidad de estos antinutrientes quedan en el líquido. Es por esto que transcurrido el tiempo necesario, el agua se debe descartar y las nueces se deben enjuagar.
Pero además, este proceso puede ayudar a la digestión del alimento, ya que su exterior e interior se reblandecen y permiten que sea más amigable para el estómago tratarlos.
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