Cómo guardar la lechuga correctamente para que dure más y no enfermarte
Forma parte de las verduras que no pueden faltar en las cocinas de los chilenos. Según los especialistas, la lechuga y el tomate son las ensaladas más consumidas.
Pero si es que eres un fan de la lechuga, sabes que no es la más duradera.
Se pondrá lacia solo si la dejas encima del mesón por un par de horas más de lo que estimabas, y si mantiene mucha humedad las hojas se pondrán cafés y comenzará con el proceso de descomposición. Y es que su decaimiento comienza desde el minuto que fue cosechada.
Así que para mantenerla fresca por más tiempo, existen algunos consejos que puedes seguir.
Si la guardas en el refrigerador
Dependiendo del tipo de lechuga que consumas, tendrán distintos tiempos de duración. En el caso de la lechuga iceberg y la romana, pueden pasar entre 7 y 10 días en el refrigerador sin problemas.
Ahora, si compras hojas embolsadas podrás consumirla hasta una semana después de la fecha impresa en el empaque.
Pero la mejor forma de asegurar que durará más una lechuga, es comprarla entera. Esto significa que tenga el pequeño muñón que reúne las hojas en la base. Un consejo para elegir tu lechuga es buscar las que estén más apretadas, parecido a los repollos.
¿Y en el mesón?
Decidiste prepararte ensalada y no serás capaz de comértela toda, también tiene un tiempo de caducidad. Al menos dos horas sin refrigerar podrá durar, pero debes tener cuidado con las altas temperaturas, que pueden provocar colonización de bacterias.
Además, el calor provocará que se pongan lacias, se manchen de negro o queden babosas las hojas. Todas estas son señales de que tu lechuga se está echando a perder.
Técnicamente, puedes hacer que el proceso demore quitando las que estén más oscuras o babosas, siempre y cuando no sean muchas, porque estas son ya señales de que la verdura ya no puede ser consumida.
Ahora, si comienza a oler mal, ya es señal de que sí o sí la debes eliminar, ni siquiera la debes intentar de salvar.
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