Material extraterrestre: NASA recibirá muestras de meteorito que podría chocar con la Tierra
Después de 5 años de viaje espacial, la nave OSIRIS-REx está en camino a la Tierra. Una misión que busca destacar la relevancia de que el futuro de la investigación espacial esté tanto en los viajes interestelares como el trabajo desde la Tierra.
La sonda de OSIRIS-REx viajó directamente hasta el asteroide Bennu, un objeto potencialmente peligroso para la Tierra, que orbita actualmente en nuestro sistema solar y cuya trayectoria ya ha sido estudiada.
La nave de la NASA voló directamente hasta el bólido con una misión clara, recolectar material del suelo del asteroide, lo que afortunadamente logró con éxito el año pasado, en plena pandemia. Son más de 60 gramos de material extraterrestre los que contiene la sonda y que se dirigen a nuestro planeta.
Carga espacial
Esta es una de las piezas más importantes para la investigación espacial. “El equipo estuvo a la altura del desafío, y ahora tenemos una de las piezas claves del Sistema Solar en camino a la Tierra, donde varias generaciones de investigadores podrán conocer sus secretos”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de ciencia de la NASA.
El polvo y piedras de Bennu podrá entregar información sobre los orígenes del universo, ya que ha estado –casi- impoluto por los más 4,5 billones de años que han pasado desde que nació.
Estas muestras son tan importantes para la continuidad de estudios, que durante los 2 años y medio que viajará será monitoreada y su curso analizado. Al momento de su entrada a la atmósfera terrestre, solo un pequeño error podría generar que la nave rebote como una piedra en el lago y se pierda en el espacio o se podría pulverizar al tocar la atmósfera.
Potencialmente peligroso
En 1999 el equipo de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA descubrió al asteroide Bennu y luego de varios estudios determinaron que, a finales del siglo, este se acercará lo suficiente a la Tierra como para ser potencialmente peligroso.
Se estima que estará a 7,5 millones de kilómetros de nuestra órbita y la posibilidad de impacto es de 1 en 2.100, pero a pesar de que estos números lo hagan parecer imposible, en medidas astronómicas es lo suficientemente peligroso como para que se mantenga en la lista de objetos cercanos a la Tierra vigilados.
Ahora, gracias a las muestras que obtenga el OSIRIS-REx se volverán a analizar estas probabilidades, ya que muchos factores externos, como el Sol o la pérdida de material constante que tiene el asteroide, podrían cambiar su órbita.
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