Fact Checking: Tiempo de desarrollo de una vacuna no define su efectividad
El 16 de noviembre circuló a través de Facebook una lista de enfermedades en la que se precisaba el tiempo que tomó descubrir las vacunas para mantenerlas bajo control. Junto con esta relación se lee un comentario que asegura que en las que se trabaja actualmente contra el coronavirus "nos las quieren clavar en menos de un año", dando a entender su poca efectividad en relación al tiempo de creación.
Ciertamente el desarrollo de las vacunas contra el Covid-19 se lleva adelante de manera más rápida en comparación con otras a la largo de la historia. Sin embargo, esto no significa que sea menos confiable como infiere el tono de la publicación.
Perspectiva histórica
Cristóbal Garcia-Huidobro, historiador y académico de la Universidad Católica, explicó a Meganoticias.cl que "el post es mentiroso porque toma los períodos de investigación, pero no los de creación de la vacuna propiamente tal".
Ejemplo de esto es la vacuna contra la papera, ya que toma el período en que se aisló por primera vez el virus (1945) sin mencionar que para el año de 1948 existía una vacuna que se utilizó hasta 1970. Esta fue reemplazada por la vacuna desarrollada entre 1963 y 1967 por Maurice Hilleman, ya que la anterior proporcionaba un periodo muy corto de inmunidad.
Independiente del tiempo que han tardado otras, lo cierto es que, hasta ahora, las fórmulas contra el coronavirus se desarrollan a pasos acelerados. Según Marcelo López Campillay, doctor en historia y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, estas vacunas "van a pasar a la historia, porque se están desarrollando en tiempo récord".
¿Por qué las vacunas están tardando poco tiempo?
Los avances tecnológicos son un factor decisivo en la rapidez del desarrollo de estos fármacos. "No es lo mismo una vacuna descubierta en el siglo XVIII, que en el siglo XIX y mucho menos una del siglo XXI", dice García-Huidobro.
El historiador explica que "el descubrimiento del ADN y el análisis del genoma de los virus entregan herramientas fundamentales para el estudio de enfermedades virales". En el caso del Covid-19, el avance es rápido "porque a los pocos meses ya se tenía la secuenciación completa del virus".
Para López Campillay también existen matices políticos en esta carrera. "El desarrollo de las vacunas cuenta con el empuje de las potencias mundiales, ya que está en juego su prestigio", comenta. Pero, además, asegura que los gobiernos han establecido alianzas para apoyar la investigación, existiendo "una red de colaboración pocas veces antes vista".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a Global Alliance for Vaccines and Immunization (Gavi) y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) encabezan COVAX, iniciativa mundial de colaboración para acelerar la búsqueda de vacunas contra el Covid-19. De esta manera se ha abierto el acceso a herramientas de información entre los investigadores, además de la contribución económica.
¿Menor tiempo de desarrollo, menos segura?
"Que una vacuna se demore un año, dos años o cinco años en ser desarrollada no indica que sea más o menos efectiva, ni que haya una conspiración detrás", recalca el historiador Cristóbal Garcia-Huidobro.
La OMS en su sitio web aclara que "existen medidas estrictas de protección para garantizar que las vacunas contra la Covid-19 sean seguras. Como todas las vacunas, las que se desarrollen contra este virus se deberán someter a un riguroso proceso de ensayos".
Frente a este panorama, no es posible asegurar que una fórmula es segura o no basándose en su tiempo de desarrollo. Ambos historiadores coinciden en que los avances tecnológicos y la cooperación internacional son algunos de los factores que han acelerado la cura para el SARS-CoV-2.
María Francisca Sáez es egresada de Periodismo de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile y reporteó y redactó este artículo como parte de una iniciativa académica de fact checking en alianza con Meganoticias.
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