El yodo: Un nutriente silencioso clave en la salud de la tiroides

La producción de hormonas tiroideas necesitan de la acción del yodo y su ausencia puede tener efectos visibles en la salud a cualquier edad.

Cuando la alimentación no incluye fuentes de yodo, se puede ver afectado el crecimiento fetal e infantil, además, un alerta es el agrandamiento de la glándula tiroides que provoca un bulto en la zona del bocio, lo que requerirá exámenes específicos y la consulta con el endocrinólogo.

La glándula tiroides produce dos hormonas esenciales para regular la función muscular, cardíaca, digestiva, el mantenimiento óseo y el desarrollo cerebral.

Dicho de otra forma, estas hormonas convierten los alimentos ingeridos en energía, y cuando hay un desarreglo se expresan en síntomas que van desde la fatiga, la caída del cabello, uñas quebradizas y hasta la ansiedad.

Usando el yodo de los alimentos se producen la triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Muchas veces, los problemas para bajar de peso no tienen que ver con otro motivo que con la tiroides, de allí la importancia de consultar cómo está funcionando.

Una alimentación rica en pescado, huevos, fresas y papas con piel, pueden mejorar los niveles deficitarios del micronutriente, esto sin contar el aporte que la sal yodada hace para este equilibrio, siempre considerando que el exceso de yodo también es perjudicial.