Estudio indica que quienes hacen bullying y mienten tienen cerebros más pequeños

¿Qué pasó?

Algo tienen en común las personas que de modo persistente han pasado su vida haciendo bullyng, robando o mintiendo: Tienen cerebros más pequeños. 

Una investigación publicada en la revista The Lancet Psychiatry, detalló cómo llegaron a la conclusión luego de estudiar mediante resonancias magnéticas los cerebros de más de mil personas, entre las que se encontraban casos de antosiciales o sociópatas.

Luego se hizo una cohorte de 672 participantes correspondiente a individuos nacidos entre el 1 de abril de 1972 y el 31 de marzo de 1973.

¿Qué dice el estudio?

“El primer grupo era de personas sin antecedentes de comportamiento antisocial persistente, el segundo con trastornos de comportamiento antisocial solo en la adolescencia, mientras que el tercero mostró un comportamiento antisocial durante toda su vida”, cita el estudio.

Los resultados de la resonancia magnética fueron consistentes: Las personas con comportamiento antisocial persistente tenían un área superficial media más pequeña y un grosor cortical medio más bajo que las personas que no exhibían un comportamiento similar.

En términos porcentuales, 12% se clasificaron como que tenían un comportamiento antisocial persistente durante toda su vida, 23% tenían un comportamiento antisocial limitado a la adolescencia y 66% tenían un bajo comportamiento antisocial.

"Puede haber una diferencia estructural en sus cerebros que dificulta el desarrollo de habilidades sociales", dijo la doctora Christina Carlisi, del University College de Londres, autora principal del estudio.

Aunque los resultados apenas abren una puerta para entender la conducta humana, todavía no es claro si estas evidencias morfológicas son la causa o el resultado de factores como el abuso de sustancias, el bajo coeficiente intelectual o los problemas de salud mental.

“Los rasgos negativos, más la intimidación o la falta de manejo de las responsabilidades, también se observaron en los adolescentes, pero las reducciones cerebrales se encontraron solo en aquellos que mantuvieron los comportamientos en la vida adulta”, aclaró el informe.