La ciencia descifra el misterio de la atracción entre personas que se parecen
Probablemente te has impresionado con el parecido físico que muestran muchas parejas y si son de mismo sexo más llamativo puede resultar. Aunque parezca un fenómeno extraño, no es algo de lo que debamos sorprendernos, muchos menos asustarnos y así lo confirma la ciencia.
Es así como, un estudio realizado entre la Boston University School of Health y la Universidad de California reveló que los dos miembros de las parejas no solo empiezan a mimetizarse sino que fue precisamente su parecido lo que les atrajo. Pura genética ¿Qué te parece?
Una mirada al pasado
Hasta hace poco más de un siglo las personas elegían a sus parejas solo dentro de una misma comunidad. En muchos casos, aunque lejanos, podían tener antepasados comunes. Por eso, y durante muchas generaciones, la afinidad entre distintos miembros ha ido configurando una estructura genética común.
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Esta investigación analizó a 3 generaciones del pueblo de Framigham, en Massachusetts, Estados Unidos, empezando en 1948. Durante el análisis, los especialistas estudiaron el genoma de 800 parejas para encontrar las características de su herencia genética y se sorprendieron al comprobar que aquellos cuyo origen estaba en el Norte y el Sur de Europa terminaban uniéndose con personas en común con sus antepasados. Voluntaria o involuntariamente, lo que pretendían era 'perpetuar' su herencia genética.
De hecho, otra investigación relacionada con la genética halló que otra causa de que existan parejas que se parezcan es porque, involuntariamente, hay personas que buscan similitudes físicas con uno de sus padres.
Sistemas inmunológicos se atraen
0tra investigación reveló que es habitual que personas que llevan el mismo estilo de vida se atraigan. Por ejemplo, si dos personas son amantes del deporte es normal no solo que se gusten porque tienen el mismo hobbie sino porque sus sistemas inmunológicos (que se pueden ver alterados precisamente por el estilo de vida) son similares. Pues sí, otra investigación demostró precisamente eso, que compartir hábitos saludables nos une muchísimo a una persona.
Los científicos también han apuntado que en parejas de larga duración este fenómeno es mucho más visible y va más allá de la carga genética.
Es decir, cuando pasas tanto tiempo al lado de alguien es normal empezar a imitar gestos y expresiones hasta el punto que, aunque el parecido físico no sea evidente, termina por producirse. Pero no solo eso: las personalidades terminan por ser tan afines que, de nuevo, favorecen esa similitud.
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