10 recomendaciones para dejar de comer mal, según especialista en "comer de manera consciente"
Para nadie es un secreto que la comida chatarra es una tentación, y que entre una copa con frutas y un helado de chocolate, tendemos a preferir lo último.
Todo se torna más difícil si estamos en las “largas vacaciones” de la cuarentena, donde tenemos la cocina y el refrigerador a pocos pasos.
Estas semanas son una verdadera prueba de fuego para nuestra voluntad. Pero ¿qué herramientas podemos tener a mano para no acumular kilos demás?
La doctora Susan Albers, autora del libro el libro Eat, Drink & Be Mindful, introdujo el concepto comer de manera consciente. Esta idea busca comprender las sensaciones físicas y emocionales vinculadas con el acto de comer.
Comemos para alimentarnos, pero a lo largo del tiempo los seres humanos hemos creado otros motivos para hacerlo: ansiedad, sedentarismo, depresión, estrés. Por ello es relativamente fácil recurrir a las golosinas, los snacks, tortas o gaseosas para “pasar el tiempo”, y más en las actuales circunstancias.
Albers diseñó un decálogo de fácil aplicación si queremos dejar de comer mal, presta atención:
- No comer más si ya me siento lleno.
- Comer cuando tengo hambre
- No picotear.
- Saborear cada bocado antes de comer el siguiente.
- Pensar cómo afecta al cuerpo el valor nutritivo de los alimentos que como.
- No juzgarme cuando de manera circunstancial he comido demasiado.
- No realizar otras tareas mientras como. Por ejemplo, si voy a leer un libro, y me acostumbro a acompañar este momento con galletas o gaseosas, será muy difícil leer un libro sin estos productos a mano.
- Dejar algo de comida en el plato cuando no quiero más.
- Comer despacio, masticando bien cada bocado.
- Reconocer cuando estoy comiendo de manera consciente (siento cómo crujen los alimentos en la boca, percibo el olor de la comida, etc.).
Brian Wansink, experto en conducta alimentaria, asegura que diariamente “se toman unas doscientas decisiones relacionadas con la alimentación y a muchas de ellas no se les presta la atención que merecen”.
Wansink precisa que además, tener mucho para elegir incita a un mayor consumo. “Lo más tentador suele ser también lo más insano y, en ocasiones, se sirve en tamaño grande e incluso se acompaña de precios más ajustados”.
En este punto entra a jugar la alimentación consciente, que nos puede alertar sobre un producto de baja calidad nutricional, la frecuencia y las cantidades que deberían consumirse.
Hay que estar claros en que el aspecto de los productos forman parte del marketing alimentario, de modo que paquetes muy grandes, sal en exceso, azúcares, salsas y grasas no deberían ocupar mucho espacio en nuestra despensa.
"Comer de manera consciente no significa limitar el consumo de alimentos ni seguir una dieta restrictiva", sino que persigue justo lo contrario; convertir la comida "en algo para disfrutar”, dice Jan Chozen Bays, pediatra especialista en comportamiento alimentario.
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