¿Qué es y qué se sabe hasta ahora de la cloroquina como fármaco para combatir el coronavirus?
El uso de la cloroquina como tratamiento para combatir al nuevo coronavirus/Covid-19 mantiene dividido tanto a la comunidad científica y médica como a gobernantes de varios países del mundo.
Por un lado, están quienes llaman a la prudencia y a esperar resultados de ensayos clínicos más amplios; por otro, quienes quieren acelerar el proceso y administrar ampliamente la cloroquina, en nombre de la emergencia sanitaria.
Es así como surgen las siguientes interrogantes: ¿La cloroquina es un tratamiento milagroso contra el Covid-19 o una falsa esperanza? ¿Qué se sabe de este medicamento antipalúdico, que algunos quieren administrar de forma generalizada para luchar contra el nuevo coronavirus pese a la prudencia que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS)?
¿Qué es?
De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la cloroquina, también conocida como fosfato de cloroquina es un medicamento antipalúdico que se usa desde hace varias décadas para combatir la malaria.
Aralen, Nivaquine y Resochin son algunos de los nombres comerciales del fármaco, el cual tiene como derivado a la hidroxicloroquina, principio activo usado para las enfermedades de origen inflamatorio.
Los especialistas sostienen que los efectos secundarios de la cloroquina van desde las náuseas, vómitos y afecciones cutáneas, hasta problemas oftalmológicos, cardíacos y neurológicos. Su consumo sin supervisión médica es tan delicado que una sobredosis pudiera resultar peligrosa.
"Estos dos medicamentos tienen un margen terapéutico estrecho, es decir, que la dosis eficaz y la dosis tóxica son relativamente rayanas", advirtió la Sociedad Francesa de Farmacia.
Pese a la advertencia que existe sobre el medicamento, inclusive por parte de la OMS, instancia que desaconsejó utilizar el medicamento hasta que no hayan pruebas suficientes de su eficacia contra el coronavirus; varios laboratorios que fabrican fármacos a base de cloroquina anunciaron donaciones a las autoridades sanitarias de varios países y/o el aumento o reanudación de su producción.
Cloroquina y Covid-19
A mediados de febrero de este año, investigadores chinos afirmaron haber obtenido resultados positivos en ensayos clínicos con cloroquina, entre un centenar de enfermos de Covid-19.
Pese al número reducido de pacientes y la falta de detalles sobre la metodología y los resultados de este estudio, el doctor francés Didier Raoult, director del Instituto y Hospital Universitario de enfermedades infecciosas de Marsella y respetado experto en la materia, retomó en Francia estos trabajos.
Sin embargo, la postura, del también miembro del comité científico que asesora al gobierno,de usar la cloroquina a como dé lugar lo ha llevado a convertirse en el blanco de críticas por parte de muchos de sus colegas, al no existir un estudio que avale al 100% el uso del fármaco para trata el coronavirus.
Estudios en varios países
El doctor Raoult probó la cloroquina en pacientes de su centro hospitalario, con resultados positivos. Éstos recibieron Plaquenil - nombre en Francia de la hidroxicloroquina - y algunos en función de sus síntomas, tomaron además el antibiótico azitromicina.
"Pese a la pequeña muestra, nuestro estudio muestra que el tratamiento con la hidroxicloroquina está asociado de forma significativa a una disminución/desaparición de la carga viral (...) y sus efectos se refuerzan con la azitromicina", según el estudio confirmado por el doctor Raoult.
Invocando el juramento hipocrático de los médicos, el equipo del doctor Raoult anunció el pasado domingo 22 de marzo su intención de administrar de ahora en adelante a "todos los pacientes contagiados" estos dos medicamentos.
El tratamiento también es dispensado en el Centro Hospitalario de Niza, al sureste de Francia, con el consentimiento de las familias, según el alcalde, Christian Estrosi, tratado él mismo con cloroquina.
A nivel europeo, el domingo se lanzó un ensayo clínico bautizado Discovery en varios países para probar cuatro tratamientos experimentales, incluido la hidroxicloroquina, un ensayo que "incluirá al menos 800 pacientes franceses aquejados de formas severas de COVID-19".
En Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA), que supervisa la comercialización de los medicamentos, anunció un "amplio ensayo clínico", recordando que su papel era asegurarse de que los productos son seguros y eficaces.
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